Después de la pandemia

Algunas iniciativas en hostelería para evitar contagios que podrían quedarse

Ingenio y tecnología es lo que puede ayudar a que remonten los bares. Con la reapertura, muchos negocios han invertido en soluciones para evitar el contagio de los clientes pero se está demostrando que también agilizan la gestión del negocio. Algunas de estas aplicaciones pueden quedarse para siempre.

Algunas iniciativas en hostelería para evitar contagios que podrían quedarse

La “nueva normalidad” ha obligado a los locales de hostelería a extremar las medidas de higiene para evitar contagios. Además de redoblar las tareas de limpieza y desinfección, el virus ha obligado a bares y restaurantes a cambiar ciertos hábitos. Es el caso de las cartas y los menús, habitualmente diseñados en papel, y que en muchos locales han pasado a ser virtuales. Quizá el esfuerzo por evitar contagios traiga nuevos hábitos en la restauración que mejoren la gestión una vez se haya marchado el virus.

Ahora se trata de evitar aglomeraciones y contacto entre las personas. Pero,  la digitalización en el sector de la hostelería o del ingenio para reinventar las tapas de forma individual, traiga una nueva experiencia de consumidor que acabe por arraigarse porque aportan más agilidad en el servicio.

Las cartas digitales mejoran la experiencia de usuario

Mientras otras herramientas tienen dudoso futuro, lar cartas en código QR han venido para quedarse. Y es que, la digitalización del sector de la restauración se está extendiendo a través de los menús online, las reservas a través de apps y los envíos a domicilio. No es algo nuevo, ya muchos establecimientos lo utilizaban, pero tras la desescalada cada vez son más los que han comenzado a implementarlos. 

¿El problema? Muchas de estas soluciones no están al alcance de todos por su coste y menos después de estos meses de estar cerrados. Pensando en esa necesidad, David Sánchez, un experto en informática que ha trabajado para muchas grandes empresas del país, ha desarrollado una solución (la web www.elcodiguito.com) para que los negocios de hostelería puedan digitalizar su carta de forma gratuita.

“Es una pagina web en la que se introduce la carta para generar un código QR”, explicó. Se trata de una plataforma muy sencilla, ya que “los negocios de hostelería no tienen por qué saber de ordenadores, por lo que intento explicarlo todo de la manera más funcional posible”, apuntó. Y es que su objetivo principal es ayudarles en las reapertura

Es totalmente visual y accesible. "Se trata de que sea sencillo y cómodo", destacó Sánchez. Así, elCodiguito ha sido creado para ayudar a los hosteleros a poder reabrir sus establecimientos con más seguridad frente a los contagios y volver a la normalidad más fácilmente. ¿Cómo? La idea de Sánchez es proporcionar a cada establecimiento de su código QR para que sus clientes puedan ver toda la información sobre el bar o el restaurante antes de entrar en su establecimiento. Simplemente hay que registrarse en la página de elcodiquito, añadir la información del establecimiento y listo: ya está disponible el código QR gratis con la información que se quiera mostrar a los clientes.

Los códigos QR seguramente sobrevivirán a la crisis del coronavirus porque agilizan la gestión del negocio y mejoran la experiencia que obtienen los clientes del los servicios ofrecidos por el restaurante o el bar. Será quizá una de las herramientas que deje como herencia el proceso de desescalada.     

El Rincón de la Catedral de Jaca y otros muchos restaurantes y bares aseguran que ya lo tienen instalado y que es una buena forma de que los clientes vean las opciones de la carta de forma digital. Lo que está claro es que la mejor estrategia está en fusionar tecnología e ingenio. De hecho, desde El Rincón de La Catedral de Jaca estudian una nueva forma de transformar el tapeo y los platos servidos de manera individual para evitar contagios. Además, “tenemos pensado celebrar una inauguración con una paella para todos”. Eso sí, en porciones individuales para acabar con el miedo a volver a los bares y adaptarnos a la “nueva normalidad”.

Un robot para evitar contagios

Hay propuestas que van un paso más allá del distanciamiento social. Por ejemplo, la ficción se hecho realidad en el Bar Baviera de Pamplona. Y es que, aquí el nuevo empleado es Alexia: un robot que mide 1,60 cm de altura y pesa 80 kilos de peso, creado por Patxi Larumbe, de Cocuus. “Dado el grave problema por el que está pasando ahora mismo el planeta, hemos decidido aprovechar nuestro laboratorio de investigación tecnológica, destinado a la gastronomía e industria agroalimentaria, para destinar nuestros recursos, tanto humanos como productivos, a crear nuevas soluciones que ayuden a frenar la curva del contagio del COVID-19”.

Alexia permanece obediente a la puerta del establecimiento en espera de recibir las comandas, hasta un máximo de tres a la vez. “Es un robot creado por nuestro gran amigo Patxi Larumbe, lo estamos probando y no sustituye a ningún trabajador. La vida es crecer e innovación y en ello estamos. Mi gran apoyo para todos los que se dedican a la robotica. Creo que todos necesitamos un escenario para poder dar a conocer cualquier proyecto y en este caso el Baviera es su escenario". 

El robot es capaz de diferenciar la localización de las mesas en la terraza y ayudar a los camareros a la hora de servir los pedidos. “Los clientes solamente deberán recoger de la bandeja de Alexia lo que el robot les lleve y pulsar un botón para que pueda regresar al punto de partida, donde seguirá trabajando en conjunción con el resto de empleados”, explica Larumbe, quien deja claro que en ningún momento busca ser sustitutivo de un puesto laboral.

El robot lleva también integrado el asistente virtual de Amazon: Alexa. De aquí la similitud del nombre del robot, aunque añaden un matiz, el de la ‘i’, que el asistente no discrimina. De hecho, lo definen como un "alien" para no entrar en la lucha de géneros. Aunque es cierto que se asemeja más a una mujer que a un hombre.

También cabe mencionar que, como el resto de asistentes virtuales, es capaz de responder preguntas sencillas. Por lo que, se convierte en una potente herramienta de marketing para el negocio, además de hacer compañía a los clientes y facilitar el trabajo al resto de camareros.

Aseguran en el restaurante que les ha dado mucha visibilidad: “de repente somos noticia en varios países del mundo”. Tanto es así, que han tenido que contratar a otro camarero más porque no daban abasto.

Es cierto que su precio no está al alcance de todos, ya que ronda entre los 4.000 y los 8.000 euros, pero en este caso ha sido una inversión más que rentable… Existe otra alternativa que es alquilar Alexia por unos 250 euros al mes.

Las mamparas tienen un incierto futuro

También algunos establecimientos han apostado por los separadores de metacrilato para ofrecer más tranquilidad a sus clientes. Sin embargo, este procedimiento para evitar contagios que ha supuesto una inversión para estos locales tiene un futuro más dudoso. En algunos casos estas mamparas pueden conservarse más allá de la erradicación del virus, pero en la mayoría de los establecimientos tenderán a desaparecer. Es decir puede suceder lo mismo que con las mascarillas, cuando se gane la batalla a la pandemia dejarán de ser útiles.

Según denuncian algunos restauradores se está provocando cierta confusión respecto a su instalación para proteger a trabajadores y clientes. “El inspector de sanidad nos dijo que no teníamos que instalarlas”, explicaron desde el bar La Endrina de Zaragoza. Aquí lo importante es que “los platos sean individuales para evitar que los clientes compartan y se contagien”, aseguraron. Y es cierto, no son obligatorias en principio, y su instalación es sólo recomendable según las instrucciones que provienen de Sanidad. 

De cualquier manera, el futuro de las mamparas será bastante coyuntural en aquellos restaurantes que las hayan instalado y probablemente quedarán relegadas a un recuerdo cuando pase esta pandemia.