En plena era digital, continúan recortando a tijera códigos de barras de medicamentos

Los farmacéuticos lamentan que el Gobierno siga ignorando el Plan que le presentaron hace un año

Los farmacéuticos, la mayoría autónomos, también están afectados por las cotizaciones y por los impuestos. Pero en su ámbito estricto se quejan del exceso de burocracia en una actividad donde aún se recorta el código de barras de cada receta a mano. Lamentan que el Gobierno siga sin dar respuesta al Plan Integral que le propusieron hace un año. 

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La burocracia que conlleva el recorte del código de barras, pegar en papel, escanear, etc. es algo que los farmacéuticos quieren solucionar.
Los farmacéuticos lamentan que el Gobierno siga ignorando el Plan que le presentaron hace un año

En 2021, el sector farmacéutico solicitó al Ministerio de Sanidad un Plan Integral para la Farmacia, a la par que presentó ante este mismo organismo una serie de propuestas para reforzar la capacidad del Sistema Nacional de Salud en el Plan España Puede. Un Plan Integral en el que se lleva trabajando desde hace un año y sigue sin ver la luz. Mientras tanto, los farmacéuticos autónomos ven cómo se incrementan sus problemas de costes y se quejan de sufrir un exceso de burocracia.

Las farmacias en España están gestionadas y son propiedad de trabajadores autónomos. Responden, como todos los autónomos, con su patrimonio, además de tener una responsabilidad civil sanitaria importante en su actividad y en la dispensación de los medicamentos. En la actualidad, en España hay 22.000 farmacias; siendo uno de los países que mejor ratio de farmacias por cada 100.000 habitantes tiene y, además, muy distribuidas en su territorio.

Más de un 70% de los propietarios de farmacias son mujeres autónomas y, también, más del 70% del personal que se contrata y trabaja en ellas son mujeres. Dos tercios del total de los empleos directos que generan las farmacias, alrededor de 80.000 trabajadores, son titulados universitarios. El sector todavía vive los efectos de la crisis que sufrió entre los años 2011 y 2013, debido a los recortes de esa época por la aparición de los copagos y, porque hubo bajada de los precios de los medicamentos.

Como explica, Luis de Palacio, presidente de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE): "al igual que todos los autónomos, estamos muy afectados por las modificaciones de las cotizaciones social y de los impuestos que se están llevando a cabo, tanto del propio farmacéutico como de los empleados. En concreto, está siendo muy notoria la queja de nuestro sector por las menores bonificaciones por las sustituciones de paternidad o maternidad y los nuevos requisitos que han incluido para poder acceder a ello. Se convierten en una especie de laberinto diseñado para que, al final, el autónomo, que tiene que hacer frente a todo ello mediante gestores, tenga más difícil; solo los grandes negocios son capaces de llevar todo ello con el suficiente rigor como para pelear con la burocracia administrativa. Los autónomos no debemos estar tan ocupados con este exceso de burocracia”.

“El momento que atraviesa la sanidad en España también afecta mucho a nuestro sector, sobre todo por la mala situación de la atención primaria. Como faltan sanitarios por toda España y cada vez más y, sobre todo, médicos de familia, pues no se están cubriendo los puestos y estamos viendo una falta de atención de prescripciones. Tenemos muchos problemas para poder cumplir con las necesidades de los pacientes".

Desde FEFE insisten en que el Ministerio de Sanidad debe cumplir con el Plan Integral para la Farmacia

“Hemos presentado una serie de propuestas para intentar aportar una solución en cuanto al sector de atención primaria”, apunta Luis de Palacio.

  • Intentar garantizar la viabilidad de nuestro modelo de oficinas de farmacias comunitarias y de calle, porque entendemos que su conjunto es muy solidario con la población. Conseguimos que los medicamentos cuesten lo mismo; no sólo porque el Ministerio lo haya regulado así, sino porque la distribución de tipo cooperativa y un acuerdo del sector en el que todos vamos a dar los mismos precios de los medicamentos y en las mismas condiciones, conseguirá que toda la población acceda por igual a todos los medicamentos. Salvando las distancias de las faltas de suministros que estamos teniendo de determinados medicamentos. Pero, en general, el modelo está pensado para ser muy solidario. Queremos que sea viable, sobre todo en el caso de las farmacias más pequeñas.
  • Fomentar y promover la dispensación presencial en las propias oficinas de farmacia. Nos ayudaremos de herramientas digitales, pero no pretendemos sustituir a los farmacéuticos. Que la oficina de farmacia se viera más como un espacio multidisciplinar y no un espacio donde sólo se encuentra un farmacéutico. Así se podrán resolver más problemas de salud de los pacientes, sobre todo, aquellos que tienen menos gravedad. Es muy frecuente redirigir a los pacientes a médicos de atención primaria, para no exponernos a sanciones administrativas desproporcionadas, porque nuestro régimen sancionador es el de las grandes multinacionales, lo compartimos con la industria farmacéutica y somos autónomos, no somos grandes laboratorios.
  • Necesidad de un marco nacional para campañas sanitarias y servicios profesionales de interés sanitario, que no existe como tal. Existen los autonómicos, pero no hay un marco nacional que nos unifique.
  • Racionalización de las guardias que hacemos los farmacéuticos, porque están sin remunerar. Creo que somos los únicos profesionales que no tenemos ninguna remuneración por las guardias a las que nos vemos sometidos. El convenio colectivo sí lo contempla para los empleados, pero, como somos autónomos, muchos farmacéuticos hacen ellos mismos las guardias y eso no se remunera, es una obligación sin más, que además afecta a la vida personal de los autónomos, muchas veces de forma grave. Queremos que se racionalice mucho más y, una vez racionalizado, que se remunere.

Por otra parte, continúa Luis de Palacio, "todos los medicamentos que se administran a los pacientes pueden ser obtenidos a través de los hospitales y de las farmacias, pero no está siendo así. Precisamente, los medicamentos novedosos no están siendo obtenidos a través de las farmacias, sino en hospitales públicos, pues éstos ya han cambiado su estructura para dar más servicios a pacientes de ambulatorio, cuando eso pertenecía al ámbito de las farmacias".

"La población no sabe si los medicamentos son caros o baratos -dice- pero la realidad es que son muy baratos. Son más baratos que la media europea. Esto supone un ahorro para la financiación del Estado, que es quien paga los medicamentos. Es necesario que se digitalice el cupón precinto, que es el código de barras que todos los farmacéuticos tienen que recortar en España para poder tramitar el cobre de esos medicamentos. Se pierde tiempo de atención al paciente y tiempo de gestión mientras se está cumplimentando todo lo del código de barras, escanear las hojas, etc. para que, de repente, al farmacéutico le dejen de pagar los medicamentos que ya le hemos dispensado al paciente. Y, en general, obligar a un riguroso cumplimiento de la legislación que tanta regulación tiene en este sector y que tan poca exige a otros sectores, como son los de la parafarmacia, que utilizan la imagen de señalética de las farmacias y confunde un poco a los consumidores, porque no les van a dar medicamentos".

Las farmacias podrían quitar mucho trabajo a los Centros de Atención Primaria

“Todo esto supone la hoja de ruta de un plan farmacéutico que teníamos ya acordado el año pasado”, asegura Luis de Palacio. “Faltan farmacéuticos que puedan sustituir bajas por maternidad o por incapacidad temporal. La sensación que tenemos es que, aunque haya oferta de empleo, los trabajadores prefieren no aceptarlo porque los horarios de las farmacias son extensos, incluyen tardes, fines de semana y guardias; no conseguimos cubrir la demanda de personal que tenemos. La situación económica se agrava por la inflación y el coste de la energía y la facturación de los medicamentos está estancada porque baja el precio de los medicamentos”.

La receta electrónica puede tener mucho más recorrido, no deberíamos recibir ya recetas manuscritas, salvo urgencias. Hay servicios farmacéuticos que sí se dan en otros países. Aquí no vacunamos, por ejemplo; no hacemos pruebas diagnósticas rápidas de analítica sencilla o de covid; tenemos el test, pero no lo realizamos y lo tiene que hacer el propio paciente. Hay mucha actividad a desarrollar para la que el farmacéutico ha estudiado y que en la oficina de farmacia no puede realizar, porque tenemos las acciones muy limitadas en materia sanitaria, únicamente podemos dispensar medicamentos”, añade.

“Se estaría hablando de que las farmacias podrían quitar trabajo a los centros de salud de barrio o de distrito. Inglaterra ya está caminando por esa senda y pretende que los farmacéuticos, en sintomatología menor, tengan unas guías para poder pautar y controlar al paciente. Se quita presión al médico generalista o de familia, se generan fichas que están a disposición de los centros médicos. Se cumpliría mejor con la atención primaria utilizando las farmacias”, dice Luis de Palacio.