El Centro de Estudios de Consumo aclara la vieja polémica

¿Es legal negar el uso del cuarto de baño en un bar o restaurante si no se es cliente?

El Centro de Estudios de Consumo ha aclarado las dudas al respecto a un viejo debate: ¿Es lícito negar el uso de un aseo en un bar o restaurante si no se es cliente?
¿Pueden los comercios denegar el uso de su cuarto de baño?
¿Pueden los comercios denegar el uso de su cuarto de baño?
¿Es legal negar el uso del cuarto de baño en un bar o restaurante si no se es cliente?

“Perdone, ¿puedo utilizar el cuarto baño? Cafeterías, bares y restaurantes y otros establecimientos acostumbran a escuchar esta frase varías veces al día. Sin embargo, la respuesta a dicha pregunta varía según las directrices del propietario del local. Según el Centro de Estudios de Consumo (CESCO) la prohibición de utilización del aseo a los que no sean clientes podría ser objeto de infracción grave en algunas comunidades autónomas que exigen el uso libre de los lavabos de los establecimientos hosteleros por cualquier ciudadano. En muchas CCAA, a falta de legislación estatal, la discrecionalidad del uso de estos servicios queda en manos del propietario del local. A su vez, los hosteleros advierten que el uso reiterativo de los baños en algunos lugares en donde hay mucha confluencia de público provoca problemas y, además aumenta el coste de mantenimiento de los cuartos de baños.

El CESCO explicó que “en principio” podría existir una obligación por parte de los locales de permitir el acceso a cualquier ciudadano – independientemente de que sea cliente o no – para usar los excusados de su establecimiento. Sin embargo, el centro añadió que “el eventual derecho de uso de los aseos por parte de los ‘no clientes’, depende de cada Comunidad Autónoma, puesto que las Comunidades Autónomas son competentes para legislar y supervisar los establecimientos de restauración y hostelería”.

Bajo esta premisa CESCO recomienda a los autónomos o pequeños negocios conocer de antemano la legislación de su territorio antes de plantearse denegar el uso del excusado a las personas que piden usarlo sin ser clientes. Por ejemplo, en el diario oficial de Castilla La Mancha recoge específicamente la obligatoriedad de bares y restaurantes para proporcionar aseos independientes para hombres y mujeres que sean clientes del negocio. No obstante, reserva el derecho al propietario de admitir o no a los ciudadanos que no consuman en su local para acceder a los cuartos de baño.

Por el contrario, el Ayuntamiento de Zaragoza firmó un acuerdo con los hosteleros de la ciudad para permitir que cualquier ciudadano use los servicios de su local. En compensación, el municipio otorgaba un distintivo especial a los establecimientos que aceptasen dicha práctica y una reducción en su factura del agua.

A falta de una norma general, para todos los establecimientos del país, el CESCO apuntó que los autónomos o propietarios de los establecimientos hosteleros no están obligados a consentir utilizar el baño a los “no clientes”, sino que solamente han de tenerlos instalados para clientes. El establecimiento solamente incurriría en una infracción grave si ejercitase “el derecho de admisión de forma arbitraria, discriminatoria o abusiva”, aclaró el centro. O existiese una norma específica en su CCAA.

“No ofrecemos los servicios a todos los ciudadanos porque supone un coste más en nuestra actividad”

La Asociación Hostelería Compostela se posicionó ante la polémica de si deben dejar acceso libre a los cuartos de baño de sus locales. Su presidente, Thor Rodríguez, explicó en una primera instancia que los cuartos de baño de la mayoría de los locales “son bastantes pequeños”.

Si permitimos en una ciudad turística como Santiago de Compostela que cualquier viajero o ciudadano use los baños se colapsarían”, matizó el presidente. El hostelero recordó que corresponde a los ayuntamientos ofrecer dicho este servicio “no los hosteleros”. “Para nosotros representa un coste el mantenimiento de un servicio que no se tiene en cuenta”, añadió.

Papel higiénico, jabón, agua, pastillas para el inodoro, ambientadores y su propio mantenimiento supone un coste monetario y de tiempo – dado que deben tener a un trabajador al cargo de la limpieza – de los establecimientos. “Si en las zonas centrales de Madrid, Barcelona o cualquier ciudad concurrida se permitiese tal acceso, los baños serían un desastre para los clientes que sí están intentando disfrutar del local”, concluyó.

¿Deben dar agua gratuita los bares y restaurantes a cualquier ciudadano?

“¿Me puedo dar un vaso de agua por favor?”. Quizás, tras la pregunta de los aseos, esta sea la segunda cuestión que más escuchan los hosteleros en su día a día. La respuesta, en este caso es más sencilla: los hosteleros están obligados a ofrecer agua a cualquier ciudadano.

Desde el pasado 1 de enero, los restaurantes, bares, pubs, tabernas o cualquier negocio dedicado a la hostelería está “obligado a ofrecer la posibilidad de consumir agua no envasada de manera gratuita”, explicó la Fundación Ecolec. Los autónomos sólo podrán ofrecer agua embotellada a sus clientes si estos lo piden expresamente. El objetivo, aclaró Ecolec, es “reducir la gran cantidad de contaminación que se genera con los envases de plástico de un solo uso destinados a ese fin”. De no hacerlo, restaurantes, pequeños comercios, productores o distribuidores pueden enfrentarse a sanciones mínimas de 2.001 euros.

“Es obligatorio ofrecer agua. La nueva normativa no ha supuesto ningún problema para los hosteleros. La gente que suele pedir ese vaso de agua suelen ser clientes. Ese abuso que quizás tenían algunos hosteleros con respecto al vaso de agua sin costes. Pero finalmente no ha sucedido tal cosa”, expuso Thor Rodríguez.

¿Puedo llevar mis propias palomitas al cine?

Finalmente, aunque esto no competa estrictamente a los pequeños negocios, otra pregunta que se hacen muchos consumidores es si pueden llevar alimentos a las salas de cine. Facua señaló que es importante saber que solamente podrá entrar en un cine con comida si allí mismo tienen una tienda de estas características, en caso contrario sería como en el teatro, donde no está permitido comer ni beber.