¿Qué costes tiene el renting de un vehículo y cuánto pueden deducirse los autónomos en IVA e IRPF?

Los autónomos recurren cada vez más al renting a la hora de adquirir un vehículo para su negocio. En los últimos años, y especialmente a raíz de la pandemia, las nuevas fórmulas de alquiler se han disparado frente a la compra tradicional, ya que permiten a los negocios amortiguar los gastos de compra de un coche, una furgoneta o un camión, sin necesidad de desembolsar grandes cantidades de dinero, y, además, con un mayor control de los costes. 

Durante el primer semestre de 2021 se formalizaron nada menos que 141.323 operaciones de vehículos en renting, un 60% más que en 2020. Y cerca de la mitad de estos contratos de alquiler fueron suscritos por autónomos o empresas, según los últimos datos de la Asociación Española de Renting de Vehículos (AER). Se trata de una fórmula útil para cualquier pequeño negocio pero especialmente para aquellas actividades ligadas con el transporte o el envío de mercancías y paquetes, como transportistas, taxistas, furgoneteros o agentes comerciales, ya que les permite tener grandes flotas de vehículos a un precio asequible.

A pesar de que esta fórmula de alquiler lleva tiempo entre nosotros, todavía sigue suscitando dudas entre los trabajadores por cuenta propia y pequeños negocios. A continuación, los expertos en renting de coches para autónomos explican lo que realmente cuesta contratar un vehículo por esta vía, las deducciones a las que podrían acceder los negocios o los servicios y ventajas incluidos en este tipo de contratos.

¿Qué costes tiene el Renting para los autónomos y qué servicios incluye?

Habitualmente, los costes que afrontan los autónomos al contratar un Renting suelen estar unificados en una sola cuota mensual, cuyo importe dependerá de la gama del vehículo y de los servicios que incluya la compañía. Normalmente, estos precios suelen oscilar entre los 300 y los 500 euros al mes.

En este precio, las contrataciones de renting  de larga duración suelen incluir: reparación del vehículo, seguro a todo riesgo, impuestos de matriculación e impuestos como el IVTM. Además, el trabajador por cuenta propia puede escoger como ventajas adicionales la revisión de neumáticos por desgaste y tener disponible un coche de sustitución en caso de avería. Gracias a esto, si el vehículo sufre cualquier percance, la compañía de renting  se hará cargo de cualquier contingencia al instante, evitando de este modo largos periodos de inactividad mientras el vehículo está en el taller.

Gastos que se evitan con el renting

De hecho, según los expertos, lo más atractivo del Renting, no es tanto lo que se incluye en el contrato sino lo que puede ahorrar el autónomo frente a la compra tradicional. Tener un vehículo en propiedad incluye una serie de costes recurrentes que nada tienen que ver con el precio inicial de compra y que el trabajador por cuenta propia puede evitar alquilando el coche o furgoneta:

•  Mantenimiento y reparaciones: Un vehículo requiere de un mantenimiento mínimo para garantizar su buen estado y evitar sorpresas en la carretera. Dependiendo del tipo de vehículo en el que estés interesado, así como del uso que se haga del mismo, el coste anual de mantenimiento de un vehículo se sitúa en torno a los 2.000 euros. Este mantenimiento y reparación, en el caso del renting, lo asume la propia compañía.

Además, los vehículos modernos incorporan una gran cantidad de componentes electrónicos que tienden a averiarse con más frecuencia. No es extraño que tras terminar el periodo de garantía, un vehículo experimente algún tipo de mal funcionamiento electrónico y requiera de una costosa reparación.

•  Impuesto de circulación: Este impuesto debe pagarse cada año en el ayuntamiento que se indica en el momento de la matriculación. En el caso de optar por el renting, lo más habitual es que lo asuma la empresa de alquiler y no el autónomo.

•  Seguro de responsabilidad civil: Se trata de otro gasto recurrente que a veces puede ser muy elevado. En el caso del renting, el vehículo del autónomo no sólo estará asegurado a todo riesgo, sino que además lo asumirá la empresa que le alquile el coche o furgoneta

¿A qué deducciones pueden optar los autónomos si contratan un vehículo en Renting?

Uno de los aspectos  del Renting que más dudas suscita entre los autónomos es su fiscalidad. En principio, a la hora de practicar las deducciones, la Agencia Tributaria no distingue entre un vehículo adquirido de forma tradicional, es decir, por compra directa, y uno alquilado en renting.

A la hora de practicar las deducciones, ambas formulas son muy parecidas, con la única diferencia de que al contratar un vehículo en renting, podría ser más sencillo justificar a Hacienda el uso profesional que se va a hacer del coche o furgoneta, ya que es frecuente que la empresa de renting emita la factura poniendo como cliente al negocio y su sede fiscal.

Más allá de eso, al deducirse las cuotas pagadas por el contrato de renting, hay que tener en cuenta la regla del 50% en IVA y el 100% en IRPF.  En lo que respecta al IVA soportado en las facturas del renting, éste puede ser objeto de deducción y, de hecho, es el más sencillo y seguro de deducir, ya que, la Agencia Tributaria aplica por defecto el criterio de la deducción del 50% del IVA soportado y, ante esto, no suele poner ninguna traba.

Esto significa que, habitualmente, el autónomo podrá deducirse la mitad del IVA soportado en cada cuota que pague de renting con muy poco riesgo de inspección ya que, Hacienda, presumirá automáticamente que usa el coche o la furgoneta para su negocio (en un 50%) y en la otra mitad para su esfera personal. En principio, sólo podrán optar al 100% de deducción sin riesgo de requerimientos aquellos autónomos dedicados a actividades vinculadas al transporte, como podrían ser los taxistas, autoescuelas o los negocios dedicados a transportar paquetería o mercancías.

En el caso del IRPF, la normativa de este impuesto no permite el uso parcial del vehículo en las deducciones por lo que sólo se podrá optar  al 0% o al 100%. En este caso,  los expertos sólo recomiendan deducirse las cuotas soportadas o bien a los colectivos anteriormente citados y cuya actividad esté ligada al transporte o bien a los autónomos que se vean capaces de demostrar a la Agencia Tributaria que utilizan ese coche exclusivamente para el negocio. Cuestión, a veces, muy complicada de acreditar.

Otras ventajas del Renting para los autónomos

Evita tener que solicitar un crédito para comprar el coche

Otro de los grandes problemas de la compra directa de un vehículo por parte de un autónomo es que, a menudo, el coste que supone la adquisición es superior a la liquidez de la que dispone. En consecuencia, se ve obligado a solicitar un crédito o financiar el coste con el propio concesionario.

El resultado final es que el precio pagado por el vehículo termina siendo considerablemente más elevado. Además, hay que afrontar un mayor nivel de endeudamiento, lo que dificulta la adquisición de un futuro préstamo para el negocio, cuando realmente sea necesario.

El Renting de coches para autónomos no exige ningún tipo de financiación ni endeudamiento. Además, no será necesario llevar a cabo un desembolso previo superior al de la primera cuota mensual.

Simplifica la utilización y gestión de tu vehículo

El tiempo para un autónomo es muy valioso y a veces no se puede invertir en buscar y contratar un seguro de coches,  ni tampoco en preocuparse  por gestionar todo lo referente a las revisiones o la ITV.
Eso es algo que habría que hacer si se tiene un vehículo en propiedad. Sin embargo, en el caso de un coche de Renting, el trabajador por cuenta propia se puede olvidar de todas estas gestiones y centrarse en lo que es realmente  relevante: tener disponible el vehículo y llevar a cabo su actividad profesional sin ninguna interrupción innecesaria.

Es más asequible y sencillo de lo que parece

Con frecuencia, cuando ese habla de Renting de coches se piensa en grandes flotas o vehículos de alta gama. Sin embargo, es perfectamente posible contratar un único vehículo de Renting como autónomo por importes muy asumibles y aprovecharse de todos los beneficios que antes sólo estaban al alcance de grandes empresas.