Los informes dicen que las pymes españolas son menos productivas que las europeas

El Consejo de Economistas dice que las subidas del SMI deberían ir ligadas a la productividad de los empleados

Los negocios españoles -especialmente los pequeños- siguen siendo mucho menos productivos que las pymes europeas. Los economistas achacaron este problema a las últimas subidas del salario mínimo, la temporalidad del empleo que dificulta la formación y el exceso de trabas administrativas.

El SMI y la temporalidad del empleo son los principales motivos de la baja productividad de los negocios.
El SMI y la temporalidad del empleo son los principales motivos de la baja productividad de los negocios.
El Consejo de Economistas dice que las subidas del SMI deberían ir ligadas a la productividad de los empleados

La falta de acceso a financiación, la elevada temporalidad del mercado de trabajo y las últimas subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) son los principales factores que explican la reducida productividad de los negocios españoles con respecto a las pymes del resto de Europa. Así quedó se puso de manifiesto en una jornada organizada por el Consejo General de Economistas (CGE) y la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) donde se repasó las cuestiones que están lastrando el crecimiento de las pymes. Entre otras que se sube los salarios mínimos pero no crece la productividad de los trabajadores

La productividad es un indicador importante, teniendo en cuenta que, en esencia, permite a los autónomos y negocios calcular su rendimiento por cada hora que ellos -o sus asalariados- dedican a trabajar en la empresa. En términos absolutos, se compara con el Producto Interior Bruto (PIB), pero dentro de los negocios también puede calcularse dividiendo el valor añadido entre el número de horas trabajadas.

La jornada, organizada este jueves puso el foco en la baja productividad de los negocios españoles, una cuestión que lleva preocupando a los economistas en los últimos años y que supone un lastre competitivo con el resto de las economías europeas.

Los economistas explicaron, además, que en España existen desajustes entre la oferta y la demanda de empleo. Un hecho que, sumado a la elevada temporalidad y a las últimas subidas del SMI, está suponiendo un freno a la productividad de los negocios y podría implicar el aumento del desempleo en el medio y largo plazo.

Los economistas afirman que el incremento del SMI debería estar ligado al aumento de la productividad

En primer lugar, los economistas destacaron que las últimas subidas del SMI -un 54% en los últimos seis años- han aumentado la brecha entre el salario mínimo y la productividad, una cuestión que podría suponer “una reducción del empleo y un aumento del desempleo” en el medio plazo, explicó Javier Ferri, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia.

Ello es debido a que “los aumentos salariales compatibles con un aumento del empleo en el largo plazo siempre están asociados con mejoras de la productividad”, explicó. En este sentido, “pretender que un aumento de los salarios mejore la productividad, sin afectar al empleo, es una falacia, la relación entre ambas variables es la inversa”, valoró Javier Ferri.

Por su parte, José Carlos Sánchez de la Vega, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Murcia, afirmó que, una vez alcanzado el objetivo del Gobierno de equiparar el SMI con el 60% del sueldo medio, “las siguientes subidas deberían ser más prudentes para evitar efectos indeseables en la generación de empleo. Ello pasaría por vincular, al menos parcialmente, tanto los incrementos sectoriales como los del salario mínimo a las mejoras de productividad, consiguiendo con ello contener el crecimiento de los costes laborales unitarios y mejorar la competitividad”.

La temporalidad del empleo en España perjudica a la productividad de los pequeños negocios

Por otro lado, los economistas identificaron la excesiva temporalidad del empleo en España, a pesar de la reforma laboral, como otro factor que explica la baja productividad de los negocios españoles. Ello es debido, según afirman, a que los asalariados que mejor rinden son aquellos que tienen mayor estabilidad en el empleo y pueden adquirir la experiencia para realizar sus tareas con más eficacia. 

Javier Ferri consideró que este problema es más acusado en los pequeños negocios que más habitualmente gestionan los autónomos. “Una legislación laboral que incentiva el trabajo discontinuo en la empresa, ya sea por la vida de contratos temporales o de fijos discontinuos, es nefasta para la formación de los trabajadores en las empresas. Sin embargo, marginalmente, el contrato fijo discontinuo puede generar mejores resultados en esta dimensión que el contrato temporal, al crear un vínculo más permanente entre el empresario y el trabajador”, valoró.

En la misma línea, José Carlos Sánchez de la Vega afirmó que se trata de un problema que afecta tanto a los asalariados como a los autónomos que les contratan. “Por un lado, el trabajador que tiene un contrato temporal sabe que su recorrido en la empresa es muy limitado, por lo que no estará incentivado a mejorar o a esforzarse por ser más eficiente. Por otro, el empleador no estará motivado para formar al trabajador e invertir en él, consciente de que finalizará su relación contractual en un breve plazo”, afirmó el economista.

Los economistas afirman que reducir la burocracia e invertir en formación mejorarían la productividad

Por último, los economistas que participaron en el encuentro organizado por el CGE y Fedea identificaron la reducción de la burocracia a la que tienen que hacer frente los autónomos y pequeños negocios y la inversión en formación para los asalariados son las dos claves fundamentales para mejorar la productividad de las pymes españolas en los próximos años.

Sobre el primer punto, Javier Ferri consideró que “el sector público debería contribuir a la mejora de la productividad propiciando la inversión privada, especialmente en I+D, eliminando las trabas administrativas y burocráticas existentes al crecimiento de las empresas o suprimiendo las barreras existentes en el mercado interior, de forma que se genere un mayor dinamismo empresarial”.

Asimismo, el exsecretario de Estado de Empleo Juan Pablo Riesgo, consideró que los negocios deben apostar por “la inversión permanente en formación, planificación estratégica de plantillas y previsión social complementaria, por ejemplo. También a través de conductas individuales responsables de los trabajadores, comprometiéndose con la recualificación permanente”, concluyó.

Así pueden los negocios medir la productividad de sus asalariados

En el ámbito de los pequeños negocios, la fórmula que los autónomos pueden utilizar para calcular su productividad no es muy diferente a la que se calcula en términos macroeconómicos. Según explicaron desde Adecco, los autónomos deben, en primer lugar, calcular el valor añadido de sus productos o servicios. Para ello, deben restar a su facturación todos los costes no laborales incluidos en el proceso, como las materias primas, la energía o la amortización de las herramientas de trabajo, entre otros.

A partir de aquí, deben dividir la cantidad resultante entre el número de horas empleadas en la producción. Por ejemplo, en el caso de un autónomo que dedique ocho horas a la fabricación de una mesa cuyo valor añadido sea de 300 euros, su productividad podría cifrarse en 37,5 euros por hora.