El 90% de los pequeños negocios tendrá que invertir en esas partidas hasta 2030

Los negocios familiares se quejan de que no pueden asumir el coste de las obligaciones en sostenibilidad

Los pequeños negocios desearían aumentar su inversión en sostenibilidad, movidos por las nuevas normativas y las demandas del mercado. Sin embargo, un estudio muestra cómo están encontrando dificultades para conseguir la inversión necesaria, cifrada en 140.000 millones de euros.

Las empresas familiares no saben cómo abordar el costoso camino a la sostenibilidad.
Las empresas familiares no saben cómo abordar el costoso camino a la sostenibilidad.
Los negocios familiares se quejan de que no pueden asumir el coste de las obligaciones en sostenibilidad

Para que las empresas familiares españolas puedan llevar a cabo su transformación sostenible van a necesitar 140.000 millones de euros de aquí a 2030. Eso concluye el informe Empresa familiar y financiación sostenible, elaborado por Valora, que asegura que el 90% de los pequeños negocios admite que tendrá que aumentar su inversión en ESG esta década. Aunque también nueve de cada diez señalan la falta de recursos como su principal freno.

De hecho, este diario publicó recientemente que las micropymes españolas tendrán que demostrar, desde junio de 2024 que cumplen con las normas para frenar la comercialización de productos ligados a la deforestación dentro de la Unión Europea (UE), enfrentándose a multas, confiscación de productos e ingresos, e incluso la exclusión temporal de contratos públicos y subvenciones en caso de no cumplirlos.

De modo que se avecina un cambio claro de prioridades en el mundo de la pequeña y mediana empresa, para que la sostenibilidad se añada como un factor más en la toma de decisiones, puesto que empieza a tener un impacto significativo en la rentabilidad y la reputación del negocio. Muchas veces, por las exigencias de sus propios clientes, pero también por las propias reglamentaciones de la UE, traspuestas a la legislación española.

La mayoría de los pequeños negocios ha ejecutado acciones medioambientales parciales, pero no pueden invertir los recursos necesarios

Lo cierto es que las empresas familiares afrontan estos cambios hacia un modelo sostenible con cierto recelo. “La transformación es costosa, y requiere importantes recursos, porque hace precisos cambios en nueva maquinaria, mejora de procesos e incorporación de avances tecnológicos e incluso desarrollos propios. De modo que debe ser entendida como un proceso continuo, en el que es necesario mirar a largo plazo”, señaló a este diario la profesora de la Universidad Politécnica de Bilbao, Nador Aguirregabiria.

Así, la mayor parte de los pequeños negocios lleva a cabo acciones medioambientales parciales y realiza inversiones dirigidas a la gestión de residuos, reciclaje de materiales, ahorro de consumo energético o reducción de huella de carbono. Y también han ido implantando medidas de carácter social, orientadas a fomentar la conciliación de la vida familiar y laboral de los empleados, el cuidado de las personas, la salud laboral, de igualdad de género o inclusión de colectivos vulnerables. En otras palabras, se ocupan más de estos aspectos y menos de realizar informes extensos de sostenibilidad, o de divulgar sus avances de ESG, como ocurre con el greenwashing (el lavado de imagen verde) de no pocas grandes empresas.

Según la experta, los problemas que encuentran las empresas familiares para realizar el cambio son diverso,  y alguno lo comparten incluso con las empresas grandes. “Los plazos que marcan las leyes y las administraciones públicas, las exigencias que entran en vigor sin estudios e informes que recojan las posibilidades reales de la industria, el impacto que generan sobre la competitividad en actividades y sectores, y finalmente las inversiones que se requieren sin estar acompañadas de ayudas adecuadas”, apuntó Nador Aguirregabiria. “Y en menor medida argumentan otros problemas, como los bajos niveles de conocimiento y conciencia o la complejidad normativa, la falta de preparación de sus asesores tradicionales, y las dificultades para encontrar profesionales con experiencia real en sostenibilidad y negocios”.

La transición es una oportunidad de innovar para los pequeños negocios, afirman los expertos

Así, el 43% de las empresas familiares encuestadas por Valora presentaron altos niveles de rendimiento en el índice de sostenibilidad, “lo que refleja un compromiso multigeneracional de crear valor y un importante cambio de mentalidad, que pasa de considerar las medidas de sostenibilidad como un costo adicional de la actividad empresarial a convertirlas en una inversión esencial para el futuro”, explicó Senén Ferreiro, presidente de la consultoría.

A menudo, la agenda de la transformación sostenible tiene tantas derivadas y en ámbitos tan diversos que es muy compleja de abordar. “Y por eso, a mucho pequeño negocio le está costando ver el valor de negocio de esta transición y, por lo tanto, asumir la inversión que puede suponer”. En su opinión, esto explica también que algunas pymes hayan percibido esta transición como una amenaza, “en lugar de visualizar este camino como una oportunidad para innovar en los productos o servicios que comercializan”.

Es necesario valorar que, en materia de sostenibilidad, las empresas familiares impactan positivamente en el desarrollo económico, social y medioambiental de su entorno, por su ejemplaridad y reputación. Y esos efectos positivos se multiplican gracias al número tan significativo de microempresas en España, su aportación al PIB y empleo, su cercanía, propósito definido y creación de valor, prudencia y su misión de cuidar a las personas.

Realizar pequeñas acciones sostenibles puede ayudar a los negocios en el futuro

Elisa Moscolin, Vicepresidenta Ejecutiva de Sostenibilidad y Sociedad de Sage: “Ya sabemos que dirigir una pyme es un trabajo duro, pero pretender que sus directivos se conviertan en líderes en elaboración de informes de sostenibilidad, científicos del clima y expertos en financiación verde no es razonable”.

Para Sage, las pymes que se enfrentan a este desafío, adoleciendo de falta de tiempo, escasos conocimientos y una menguada liquidez, pueden iniciar su camino hacia la sostenibilidad con estos seis pasos:

1.- Tratar de averiguar cuál es la huella climática del negocio y fijarse objetivos para reducirla. Establecer objetivos graduales, que se centren en las actividades más importantes, es una buena manera de asegurar el avance. SMB Climate Hub, una iniciativa global sin ánimo de lucro, ofrece orientación gratuita sobre cómo se pueden establecer estos objetivos.

2.- Dar pequeños primeros pasos, como mejorar la eficiencia energética. Suele ser la primera y más sencilla de las medidas que se pueden adoptar. Puede ir desde algo tan sencillo como utilizar iluminación eficiente en las instalaciones, o tan importante como instalar placas solares en el tejado y bombas de calor en lugar de calderas de gas.

3.- Empezar a informar sobre el impacto. Medir es el primer paso hacia la responsabilidad y la acción, pero informar es un paso importante que viene detrás. En la actualidad, sólo el 8% de las pymes informan sobre su impacto, lo cual supone una pérdida de crecimiento, financiación y oportunidades.

4.- Compartir información con los asesores de confianza. Para una pyme, su gestor es un asesor de confianza cuya capacidad para recopilar y analizar una gran cantidad de datos mantiene a la empres a flote. Y están formándose actualmente para dar apoyo en la integración de las estrategias y objetivos de sostenibilidad en los planes de negocio, por lo que también pueden ayudar.

5.- Olvidarse de la jerga. La agenda cero emisiones está repleta de acrónimos (ESG, GHG...). Más allá de las siglas, es importante pensar en los riesgos y oportunidades a los que se expone el pequeño negocio: la prohibición de los vehículos diésel para las empresas de transporte; las preferencias de los consumidores en el sector de la alimentación...

6.- Preguntar y crear una comunidad. Alcanzar las cero emisiones es una tarea ingente incluso para los profesionales de la sostenibilidad, así que es comprensible que pueda resultar abrumadora para los responsables de las micropymes. Pero además de una amplia variedad de recursos, existe también comunidades empresariales que intentan resolver los mismos problemas.