Rafael Torres, el nuevo responsable del comercio, hace una radiografía del sector

El presidente de la CEC dice que "los comerciantes no aguantarán un mes más pagando estos costes"

El nuevo presidente de la Confederación Española de Comercio (CEC), Rafael Torres, explica las dificultades de muchos autónomos del sector para pagar sus facturas a causa del incremento de los costes y pide diálogo al Gobierno.
Rafel Torres presidente de la CEC. | Foto cedida por la CEC.
El presidente de la CEC dice que "los comerciantes no aguantarán un mes más pagando estos costes"

A muchos comerciantes por cuenta propia no les ha quedado más remedio que colgar el cartel de liquidación por cierre en su escaparate para hacer frente a su situación. La crisis estructural del sector, junto con los estragos de la pandemia y el aumento de los costes de la luz o los carburantes, ha llevado a las tiendas a una situación crítica. Muchos comerciantes, "están en un punto, en el que si ponen la calefacción tienen que cerrar el negocio" dijo el presidente de la Confederación Española de Comercio (CEC), Rafael Torres, a Autónomos y Emprendedores en esta entrevista. 

Torres acaba de ser elegido, con un respaldo de casi el 80%, por la asamblea de la Confederación como presidente de la patronal del comercio. Asegura afrontar el cargo con "sorpresa" e "ilusión". En esta entrevista, el presidente de la CEC demanda al Gobierno medidas a corto plazo para paliar la difícil situación económica que afronta el sector, y también iniciativas a largo plazo para poner en marcha un Plan de Choque que permita transformar al comercio en todo su entorno. 

- La guerra en Ucrania está afectando a muchos sectores. ¿Ese impacto lo está también experimentando los comercios?.

- Aunque el comercio sea el último eslabón de la cadena producción por su contacto con el cliente final, eso no le exime de que sufra todas las consecuencias de lo que ocurre en ella, incluido el conflicto de Ucrania. Está claro que la guerra ente Ucrania y Rusia está afectando al volumen de materias primas que llegan y al incremento de los precios. Además, en estos momentos se está produciendo una huelga del sector del transporte que está generando a su vez, un retraso en la llegada de recursos.

Los comerciantes llevan varios meses intentando frenar la subida de los precios.

Si se paraliza la industria por la falta de materias primas, cuesta más producir, los comercios venden más caro y, por tanto, los consumidores tienen que pagar más. Es una tormenta perfecta. Los comerciantes llevan varios meses intentando frenar la subida de los precios para ser más competitivos. Sin embargo, estamos viendo que muchos sectores, como la alimentación, están teniendo unos costes tan elevados, que están estrangulando sus márgenes de beneficio, por lo que no les ha quedado más remedio que repercutir parte de ese incremento en el precio de venta. De lo contrario, el negocio deja de ser viable.

- ¿Cree que la subida de costes es un problema de ahora o  se viene sufriendo en el comercio desde hace meses?

- El incremento de los costes es un problema que acarrea el sector del comercio desde hace varios meses, pero por razones distintas al conflicto. La salida del confinamiento estricto produjo un desajuste en la oferta y la demanda, produciendo cuellos de botella en las fábricas. Problema al que se le unió también un importante incremento en el precio los contenedores.

Todo ello ya estaba produciendo una inflación importante. De hecho, el IPC (Índice de Precio del Consumo) cerró en 2021 en una cifra preocupante del 6,5%. Y la guerra de Ucrania lo que ha hecho ha sido acelerar y multiplicar el efecto de la inflación. Seguramente este año se nos vaya el ICP por encima de los dos dígitos (el último referente al mes de febrero es del 7,6%).

Esto no sólo está afectando a las empresas del comercio y al resto de sectores económicos, sino también a los hogares, que han visto reducido su capacidad de compra. Se avecina una crisis mundial, con una caída del consumo y un estrechamiento de los márgenes de los negocios por la subida de los costes. Estamos hablando de una situación peligrosísima.

- ¿Qué pueden hacer los comerciantes autónomos o societarios para intentar mitigar esta situación?

- Es muy difícil dar un consejo general. Cada comerciante sabe hasta dónde puede llegar y cuánto puede repercutir ese aumento de los costes en el precio de venta de sus productos. Es una situación complicada en la que debemos apelar también al consumidor. Los comerciantes no pueden asumir todos los incrementos de costes a costa de la reducción de sus márgenes de beneficio, porque cerrarían muchísimas tiendas. Ni tampoco pueden trasladarse todos los problemas al consumidor final. Se debe, por tanto, dividir el problema e intentar encontrar ese punto intermedio.

Si bien, aquí el comercio lo que demanda son medidas urgentes y contundentes por parte del Gobierno, que debe actuar ya aprobando una bajada de IVA en algunos productos, para contener la inflación; también ampliando los periodos de carencia de los créditos ICO aprobados durante la Covid-19. Y, por encima de todo, tiene que frenar ya los precios de la energía.

El comercio demanda medidas urgentes al Gobierno.

Estamos ante un escenario de guerra física y económica, el Ejecutivo debe estar preparado para tomar decisiones extraordinarias y temporales. Debe actuar con la misma agilidad que los negocios cuando se adaptan a los cambios del mercado. Sin embargo, la Administración no está haciendo sus deberes y no está ayudando al tejido productivo. Al contrario, lo que hace es subir los costes, como los salarios, en un momento en el que los negocios están ahogados.

- ¿Sobre qué tipo de productos debería bajarse el IVA?

- Debería bajarse el IVA sobre todos aquellos productos que están teniendo en estos momentos un coste adicional porque tienen una dependencia muy alta de coste de energía para su producción, lo que eleva muchísimo el precio.  Eso habría que frenarlo. Y también sobre aquellos productos más necesarios de la alimentación.

Asimismo, el Estado debería bajar los tributos que le están redundando en un mayor ingreso como el de hidrocarburos. Cuánta más cara es la gasolina, más impuestos gana el Estado. Esto hay que cortarlo, no puede ser que el Gobierno engorde sus cuentas mientras ayuda a la generación de esta curva inflacionista.

En España, el 90% de las compras se siguen haciendo en tiendas físicas.

- Has mencionado la importancia de que la población esté conciencia sobre la situación del pequeño comercia, y al terminar la pandemia, lo estaba. ¿Se mantiene esa tendencia hoy día? ¿Diría usted que los españoles son consciente de la importancia de las tiendas pequeñas?

- Afortunadamente sí. Los españoles somos personas a las que nos ha gustado siempre el contacto con el comerciante. No hay que olvidar que en España el 90% de las compras se siguen haciendo en tiendas físicas, porque hay ese valor de calidez, cercanía y calidad del servicio.

Sí que es verdad que cuando la población estuvo confinada, se produjo un aumento muy elevado de la venta online […] Pero en el momento en el que las restricciones se liberalizaron, las aguas volvieron a su cauce. De hecho, hubo consumidores, especialmente entre la población más joven, que descubrió comercios de su barrio o de su localidad que no sabían ni que existían y que siguen haciendo uso de ellos.

Además, en estos momentos en los que hay mucha incertidumbre sobre la recepción de un producto que se compra por internet, la gente apuesta por ir a una tienda porque saben que se lo llevarán a casa bajo el brazo.

- El sector del comercio afronta 2022, como una de las actividades que más afiliados por cuenta propia pierde al mes. ¿Cómo ve usted el futuro del sector? ¿Cree que se seguirán perdiendo autónomos?

- Me gustaría poder decir lo contrario, pero lamentable vamos a seguir observando una reducción de trabajadores por cuenta propia en los datos de afiliación.  Los comerciantes son en eslabón más débil de toda la cadena. Hay que tener en cuenta que el sector está compuesto en su mayoría por autónomos con muy poco empleados a su cargo. Y la reforma de la cotización que se avecina ahogará más a este sector.

Las medidas del Gobierno obliga a los negocios a irse a la economía sumergida.

La incertidumbre económica, con el incremento de los costes, junto a la reforma de cotizaciones, están provocando que muchos autónomos se den de baja o pasen a la economía sumergida.

El Gobierno debería buscar el dinero negro y luchar contra la economía sumergida de verdad. Pero, por el contrario, lo que está haciendo es implementar unas medidas que obliga a los negocios a irse fuera del sistema porque están ahogados.

- El 28,34% de los autónomos en cese de actividad pertenecen al sector del comercio, ¿cuáles son sus perspectivas de recuperación? ¿Cree que la cifra irá disminuyendo en los próximos meses?

- El comercio es un sector completamente dependiente del funcionamiento de la industria y la demanda. No hay que olvidar que la población sufre también el incremento de los costes y la incertidumbre por el conflicto. El consumo fluctúa en función del estado emocional de las personas y, ahora mismo, la gente está preocupada por toda la situación económica y humanitaria.

Por lo tanto, la intranquilidad y la falta de certidumbre, hace que la intención de compra se retraiga y, por tanto, los comercios no se recuperen.

- ¿Cuáles son las principales quejas que los comerciantes por cuenta propia les hacen llegar a la Confederación?

-El comercio es un sector que es un reflejo de la calle. Y la sensación que nos llega a la Confederación es de un enfado generalizado. Los comerciantes se sienten abandonados porque ya no pueden más y no saben qué hacer con su situación, porque no pueden endeudarse más y saben que no pueden basar su negocio en generar deudas para sufragar las pérdidas que están teniendo para sostenerlo. Muchos comerciantes nos avisan de que no pueden aguantar ni tan sólo un mes más pagando las facturas de luz o de gas. Están en un punto en el que si ponen la calefacción, tienen que cerrar el negocio.

Los comerciantes se sienten abandonados por el Gobierno 

Denuncia la falta de empatía del Estado, porque mientras que ellos se están ahogando, la Administración no está tomando ninguna medida para frenar sus costes y encima les sube impuestos y tasas.

- ¿Hay en estos momentos un plan de choque para el pequeño comercio?

- No. Ese plan de Choque para el Comercio no está ni pensado, ni planeado y ni nos han llamado. Que es precisamente lo que tiene que hacer el Gobierno, dialogar con nosotros. El Estado debe dejarse de palabras y cuidar al comercio como sector estratégico que es. Una actividad que representa el 17% de la afiliación de este país y en torno al 12% del PIB (Producto Interior Bruto), no es un sector cualquier.

Aunque el comercio esté transferido a las CCAA, ello no es excluyente para que la Administración central ponga en marcha un plan nacional. Sin embargo, de las partidas que destinan al comercio, el 90% van para el comercio exterior y sólo un 1% para el comercio interior, cuando representamos más PIB. Además, los presupuestos que destinan las autonomías a la actividad son ridículas.

El Gobierno debe sentar a todo el sector en una mesa: grandes, medianos y pequeños, para configurar un Plan de Choque Estratégico con medidas a corto plazo y también a largo plazo para transformar al sector.

- Los comercios de proximidad se han convertido en una pieza fundamental en la España Vaciada. ¿Qué se puede hacer para fomentar el comercio local?

- Es un tema muy complejo de abordar. Tenemos un problema de desaparición paulatina del número de comercios y encima la digitalización lo acentúa. Pero esto es una situación que traspasa al pequeño comercio y es un problema de despoblación.

Hay que instaurar una discriminación positiva hacia el comercio en las zonas despobladas. 

Tal y como lo vemos nosotros, el Gobierno debería crear una figura, llamémosle de 'comercio emblemático', 'protegido' o 'estratégico', que cuente con unas ayudas concretas y unas medidas fiscales especiales. Todos somos conscientes de que hay ciertos formatos de comercio que no hay que ayudarles y protegerles porque den pena, sino por el beneficio social, económico y medioambiental que generan en ese entorno. Hay que instaurar una discriminación positiva hacia el comercio en las zonas despobladas. 

Asimismo, estas tiendas deben también mirarse el ombligo y optar por la digitalización y por se omincanales.

- En cuanto a la transformación digital, ¿deberían todos los pequeños comercios apostar por la digitalización?

- Todos los comercios deben apostar por la digitalización, pero no por la creación de un ecommerce. Cada autónomo debe cuáles son sus posibilidades, ya que muchas veces la creación de una tienda online está suponiendo el suicidio para muchos negocios. De hecho, se está viendo como las plataformas que se desarrollaron en pueblos o barios para fomentar las ventas online, la inmensa mayoría sinceramente están fracasando porque no pueden competir contra los grandes gigantes de la distribución.

Cuando nosotros hablamos de digitalización nos referimos a la inclusión de la tecnología en todas las fases y apartados de un negocio. Desde el aprovisionamiento, hasta la gestión de stocks, pasando por la realización de inventarios o el diálogo con tus clientes. A lo mejor una tienda no necesita un ecommerce, sino una buena estrategia de redes sociales para crear una imagen online y poder lanzar promociones que atraigan a la gente.

- Todo el tejido productivo está expectante sobre la llegada de los fondos europeos. ¿Cómo van a poder los comerciantes acceder a estos fondos? ¿A través de qué programas?

- Estamos preocupados y no sólo nosotros, sino otros sectores también. Tenemos miedo de que al final acaben siendo destinados a la realización de grandes proyectos por parte de grandes empresas, que son capaces de absorber muchos millones en euros en la ejecución de proyectos que ya tenían en mente y estaban desarrollando. Ahora van a poder financiarlos gratuitamente con los fondos europeos. 

Creemos que el comercio debe tener un apartado importante en el gasto de los fondos y no solo a través del acceso al kit digital. Desde la CEC tenemos la intención de presentar un proyecto para acceder a los fondos euros que tenga el objetivo de ayudar a la digitalización no ya del comercio, sino de todos los entornos comerciales. Éste es aún borrador, pero creemos que tenemos la obligación de lograr atraer esos fondos europeos al sector para transformarlo.

- Los periodos de rebajas se han convertido en una época temida para los comerciantes autónomos. ¿Cómo debería regularse? ¿Qué consejos daría?

- Las rebajas hay que volver a regularlas. En 2012 cuando se aprobó la liberación del periodo de rebajas advertimos de los problemas y ahora se confirman nuestras previsiones: estamos asistiendo a unas rebajas permanentes. Son unas promociones muy agresivas de precios que están llevando a una reducción de márgenes que hacen insostenible los modelos de negocio. Si se lograra volver a regular ciertos periodos, teniendo en cuenta la digitalización y los cambios en los comportamientos de compra de la población  se ayudaría a la sostenibilidad del comercio y también a la protección del consumidor.

No hay ninguna garantía de que el precio de partida sea ese y no esté manipulado.

Desde que se liberalizaron las rebajas, el consumidor está absolutamente desprotegido. Ahora mismo, no se puede garantizar que el 40% de descuento que se anuncia en cualquier superficie comercial sea cierto. No hay ninguna garantía de que el precio de partida sea ese y no esté manipulado. Hay muchos formatos comerciales que se dedican a subir los precios para hacer un descuento mayor y no hay nadie que lo impida.