UPA culpa a las grandes industrias de incumplir la Ley de la Cadena Alimentaria

España ya ha perdido 50.000 granjas lácteas porque no obtienen rentabilidad de sus productos

En España se han cerrado 50.000 granjas dedicadas a la producción de leche. La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) acusa a la industria láctea de no pagar dignamente sus productos.
España ya ha perdido 50.000 granjas lácteas porque no obtienen rentabilidad de sus productos

Hace un año y medio entró en vigor la Ley de la Cadena Alimentaria que determinó que los agricultores y ganaderos no podían vender sus productos por un precio inferior a los costes de producción. Sin embargo, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha presentado un informe donde se asegura que la industria láctea no está pagando correctamente a los ganaderos dedicados a la producción de leche, lo que ha llevado al cierre masivo de explotaciones.

El secretario general de UPA Galicia, Roberto García, afirmó que las industrias lácteas “quieren ejercer un derecho de pernada, de imposición de precios, al eslabón más bajo, como vienen haciendo desde el año 2000”. En ese año “había en España unas 60.000 granjas lácteas, hoy quedan poco más de 10.000”. “Un proceso de cierres masivos motivado por una crisis de rentabilidad impuesta por las industrias a los ganaderos, con la colaboración de las grandes cadenas de la distribución”, aseveró García.

“El ministerio nos exige cumplir con normativas medioambientales, con la ley de bienestar animal. No obstante, no exige a la industria ni a las distribuidoras que la Ley de Cadena Alimentaria se haga efectiva. Anualmente se cierran un 7% de las granjas lácteas en nuestro país”, explicó Adoración Martín, responsable del sector vacuno de leche a nivel nacional en la Unión de Uniones y en la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL).

La representante, además de ejercer como autónoma durante 38 años, añadió que “la asfixia y la hucha de los ganaderos no puede enfrentarse a la terrible situación que afronta el sector. El cierre granjas será incontable si el ministerio no mueve un dedo”. “Nos hemos enfrentado a las vacas locas, a la lengua azul y a varias crisis económicas, pero ninguna fue como esta. Se ha juntado la pandemia, la bajada de precios y un aumento de costes al 25%”, agregó Martín.

Denuncia en el Supremo por el comportamiento “éticamente impresentable” de las industrias lácteas

Representantes de UPA se han personado ante el Tribunal Supremo para para presentar un informe pericial para defender la Ley de la Cadena Alimentaria frente a las industrias lácteas, representadas por la Federación Nacional de Industrias Lácteas que a ojos de UPA “se han aventurado a tratar de desmontar una norma reivindicada por los agricultores y ganaderos durante años” en el Supremo.

UPA no entiende como las industrias lácteas quieren desmontar “una Ley aprobada por mayoría en el Parlamento”. La organización ha presentado un informe pericial para “desmontar los argumentos de la industria con hechos y cifras”. Asegurando que “la prohibición de las compras a pérdidas es un elemento ajustado a derecho que debe seguir plenamente en vigor, cumpliéndose y haciéndose cumplir por las autoridades responsables”.

Roberto García ha asegurado que las industrias “quieren seguir imponiendo unilateralmente los precios” sin tener en cuenta ni los costes de producción ni la situación del mercado, “tal y como están volviendo a hacer en los contratos que se están renovando desde el pasado mes de abril”.

Los ganaderos esperan que en las próximas semanas el Tribunal Supremo les dé la razón y se frene así este comportamiento “éticamente impresentable” de la industria, que demuestra, en opinión de UPA, que prefieren que la distribución les siga imponiendo a ellos el precio de la leche líquida para después ellos trasladar esas bajadas hacia los ganaderos.

“El caso del sector lácteo es uno de los más paradigmáticos”, aseguraron desde UPA.  La leche, explicó la asociación, es un producto básico de la cesta de la compra del que España es deficitaria; a pesar de ello, los ganaderos llevan décadas sufriendo una gravísima crisis de rentabilidad por los bajos precios pagados por las industrias y motivados por la gran distribución, “lo que ha provocado el cierre de más de 3.000 granjas en los últimos cinco años”.

Los costes de producción agravan la precariedad del sector lácteo

Los costes de producción del sector lácteo no han hecho más que incrementarse vertiginosamente desde 2021. El precio de la leche se ha incrementado, pero este incremento no llega a cubrir lo que han subido los costes de producción. En 2022 el precio estaba entre 36 y 40 céntimos el litro. Situación que ha sido incluso peor, según afirman desde la Unión de Uniones, para los autónomos dedicados a la elaboración de yogures, quesos o producto derivados.

 “Hemos experimentado un incremento de 20 euros por tonelada en la compra de piensos para nuestro ganado. Los costes se disparan, pero la leche no se mueve”, comentó Martín con anterioridad a este medio.

“En España, por cada 25 vacas se genera un puesto de trabajo indirecto. El ministerio debe replantearse que nuestro papel es fundamental para la economía y no dejar que, por ejemplo, el agua se eleve un 30%. Si en un supermercado cuesta 80 céntimos el litro de leche ¿Cómo podemos estar cobrando menos de 40 céntimos?, cuestionó la ganadera.

Desde Unión de Uniones señalaron directamente a la industria y distribuidoras de productos lácteos. “Aquí reside la complicidad del ministerio. A sabiendas de que estas industrias ejercen abusos contra el eslabón más débil de la cadena de producción y estar denunciados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), no mueven ni un dedo. Tienen todos los datos sobre cómo se comporta la cadena láctea, pueden ver de primera mano la ruina de los ganaderos y sus familias y prácticamente están de brazos cruzados”, lamentó la ganadera.