En la justificación de las dietas u otros gastos

La mitad de los negocios sufre fraudes de sus empleados con un coste de 560 euros por trabajador

Según un estudio, el fraude interno en los negocios cuesta, de media, 561 euros al año por empleado. Además, las empresas se exponen a sanciones de hasta el 150% de la cantidad defraudada a Hacienda, a pesar de no ser culpables.

La mitad de los negocios sufre fraude interno por parte de sus empleados: Hacienda sanciona estas prácticas.
La mitad de los negocios sufre fraude interno por parte de sus empleados: Hacienda sanciona estas prácticas.
La mitad de los negocios sufre fraudes de sus empleados con un coste de 560 euros por trabajador

El fraude interno en los negocios es, cada vez más, un problema al que se enfrentan los autónomos con empleados. Prueba de ello es un informe de la compañía Emburse Captio, que mostró cómo el 47% de las pymes sufrieron este tipo de problema, aunque muchas de ellas no lo saben.

En concreto, el fraude interno aumentó un 54% respecto al año anterior y supuso un coste de más de 78.882 euros anuales de media por empresa en España. “Habitualmente las empresas ven el fraude desde el punto de vista económico, pero no son conscientes de que también tiene consecuencias laborales, de reputación de marca y fiscales o legales”, explicó Jordi Sala, responsable de ventas de Emburse Captio.

Así, manipular los tickets de comida, modificar las fechas o pasar los gastos de días festivos son las prácticas más habituales en los negocios que sufren fraude interno. Según el estudio, este problema cuesta a los negocios, de media, 561 euros por empleado, un gasto adicional al que se deben sumar las posibles sanciones que imponga la Agencia Tributaria, que podrían ascender al 150% de la cantidad defraudada al Fisco. Todo, sin que el autónomo sea conocedor de la irregularidad en muchos casos.

Estas son las consecuencias para los autónomos y negocios que sufren fraude interno

Según explicaron desde Emburse Captio, las consecuencias a las que se enfrentan los negocios cuando sufren fraude interno son muy variadas, y abarcan áreas como la fiscalidad, la reputación o la propia competitividad de las empresas en el mercado. Además, las infracciones más comunes por parte de los asalariados también son variadas:

  • Imputación de gastos no afectos a la actividad profesional. Se imputan a la esfera particular del empleado. Hablamos de gastos que carecen de relación con la actividad de la empresa y que se corresponden con gastos o inversiones propias de la esfera particular del empleado.
  • Deducción de las cuotas de IVA soportadas en la adquisición de bienes y servicios. Unas cuotas que, de haber tenido directamente como destinatario el empleado (fuera de la actividad económica) nunca habrían podido deducirse.
  • Incumplimiento de las políticas internas de cada empresa. Respecto al pago de dietas, y prohibiciones de consumición de bebidas alcohólicas, de tabaco… así como la duplicidad y edición de los justificantes de gastos.
  • Infracciones tributarias. Pueden ser leves, graves y muy graves según lo dispuesto en la Ley General Tributaria. Las sanciones para las mismas son económicas, con una multa fija o proporcional sobre la cantidad defraudada, así como la posibilidad en determinados casos de penas de carácter accesorio consistentes en la pérdida de obtención de subvenciones, ayudas públicas y prohibición de contactar con la Administración pública.

A nivel interno, desde la compañía identificaron algunas de las graves consecuencias a las que se enfrentan los negocios cuando sufren fraude interno. Entre ellas, destacan:

  • Pérdida de competitividad por costes. A la hora de lograr una ventaja competitiva, la solución puede venir por rebajar los precios. Pero si una empresa pierde dinero, difícilmente va a poder hacerlo.
  • Más inversión en auditorías. Las compañías que sufren el fraude interno por parte de sus empleados tienen que hacer frente a los gastos que suponen llevar a cabo auditorías, contratar abogados o implementar herramientas que les ayuden a detectar quiénes han cometido fraude y cómo lo han hecho.
  • Descenso de la productividad. “Cuando los empleados honrados se enteran de que otros compañeros han cometido fraude, el clima laboral queda enrarecido, se producen roces y situaciones desagradables que pueden afectar a la motivación y a la productividad de los trabajadores”, concluyeron desde la firma especializada.