Algunos nómadas digitales lo hacen buscando pagar menos impuestos

¿Cómo puede un autónomo trasladar su residencia fiscal al extranjero?

Si un autónomo decide trasladar el domicilio fiscal a un país fuera de España, es importante dar aviso previo a la Agencia Tributaria 
dom fiscal
Muchos autónomos españoles fijan su domicilio fiscal en el extranjero
¿Cómo puede un autónomo trasladar su residencia fiscal al extranjero?

El mercado laboral ya no tiene fronteras y gracias a las nuevas tecnologías y movilidad de las empresas, podemos estar conectados tanto laboral como personalmente. Es el caso de los llamados nómadas digitales y otros autónomos que deciden instalarse fuera de España. Algunos buscando pagar menos impuestos.

Si un autónomo desea emprender una nueva aventura de emprendimiento o trabajo por cuenta propia en otro país que no sea España es libre de hacerlo, pero debe notificarlo previamente a la Agencia Tributaria

Toda la digitalización y la facilidad para ‘cambiar de aires’ también ha provocado que surjan dudas sobre dónde debe presentar la declaración de la renta un autónomo español que labore en el extranjero, la respuesta dependerá básicamente de donde haya fijado su residencia fiscal.

El autónomo debe estar más de 183 días en el nuevo país para poderlo fijar el domicilio fiscal

"El domicilio fiscal es el lugar de localización del obligado tributario en sus relaciones con la Administración tributaria", recoge la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria. Para los autónomos puede ser su vivienda propia, aunque también puede ser el sitio donde centralicen la gestión administrativa y dirección de actividades.

Los datos del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) señala, en su informe del año anterior, que había a 1 de enero de este año 2,8 millones de personas con nacionalidad española que residen en el extranjero, esa cifra supone un incremento del 1,7% (47.712 personas) respecto a los datos a 1 de enero de 2022. En el caso de los autónomos se debe, en su mayoría, a ‘la búsqueda de un ahorro en el pago de impuestos’, aseguró a este diario José Ramón Fernández de la Cigoña, experto en contabilidad y fiscalidad.

Según el artículo 9.1 de la Ley 35/2006 de 28 de noviembre del IRPF, un español se convierte en residente en el extranjero a efectos fiscales si cumple tres condiciones:

  • Permanecer más de 183 días al año en el país de destino.
  • El núcleo principal de la actividad e intereses económicos deben radicar fuera de España, en el nuevo país.
  • La familia del autónomo (cónyuge e hijos) tampoco deben residir en España.

En el caso de que el domicilio fiscal haya cambiado a mitad del año, se implementa como el oficial a efectos fiscales en el que haya pasado más tiempo a lo largo del año. 

La importancia de avisar a Hacienda

Una vez tomada la decisión, el primer paso es avisar a Hacienda, ya que al hacerlo, será mucho más fácil demostrar de qué país eres residente fiscal y por cuánto tiempo lo has sido, de cara a la declaración de impuestos.

El cambio de domicilio fiscal se debe hacer a través del modelo 030 de la AEAT, el cual se puede presentar de forma telemática a través de la página web de la Agencia Tributaria, o también de forma presencial en la delegación de Hacienda que corresponda. 

Una vez presentado el modelo 030, la Agencia Tributaria puede requerir la prueba de la residencia en el extranjero. En ese caso se debe aportar un certificado de residencia fiscal expedido por la Administración Fiscal Cantonal correspondiente al nuevo domicilio.

Tras darse de alta, el autónomo consta como residente en el exterior, ‘el proceso burocrático con la Agencia Tributaria puede ser algo tedioso, además que la entidad vigila de cerca los cambios de domicilio, ya que muchos son sólo simulados. Son conocidos los problemas de famosos con la Agencia Tributaria por este motivo’ advierte el experto.  

En caso de no tener actualizado el domicilio fiscal en la declaración de la renta, la Agencia Tributaria puede multar con hasta 100 euros. 

Los ‘pros’ y ‘contras’ de trasladar el domicilio fiscal 

Las elevadas rentas de determinados profesionales autónomos provoca que tanto personas como empresas se instalen en otros países y así poder tener un ahorro significativo en el pago de impuestos.

Luis, un ingeniero informático madrileño de 26 años que trabajó como autónomo en Alemania durante el 2021, comenta que ‘la cuota de autónomo en Alemania oscila entre el 14% y un 45% de los ingresos’. En el país germánico, el sistema de cotización es diferente al español y varía según los ingresos. Además, si se recibe más de 1.700 euros mensuales, se paga una cuota fija de 140 euros.

Algo que destaca Luis de su estancia en Alemania es que ‘si bien lo que tenía que pagar como autónomo no era barato, la calidad de vida en Alemania es mejor. Las cosas básicas tienen un costo más elevado pero los sueldos también son mayores en comparación a España’.

Para Luis, lo más tedioso del proceso fue tener que trasladar no sólo la residencia fiscal, sino también la física al ser autónomo, lo cual le supuso un proceso burocrático extenso 'me pedían muchos papeles y aunque yo manejo el inglés, en muchas ocasiones tenía que traducir los papeles desde el alemán'.

Una situación a la que el experto Fernández de la Cigoña señala para que el autónomo este atento, es el caso de que el emigrante siga manteniendo en España bienes y derechos, a pesar del cambio de residencia fiscal, deberá seguir tributando en España por el impuesto sobre patrimonio.

Tampoco perderán la condición de contribuyentes por IRPF aquellas personas físicas de nacionalidad española que acrediten su nueva residencia fiscal en un país o territorio considerado como paraíso fiscal. El Ministerio de Hacienda y Función Pública señala que 'esta regla se aplicará en el período impositivo en que se efectúe el cambio de residencia y durante los cuatro períodos impositivos siguientes'.

Pero si hay algo que fue definitivo para Luis a la hora de tomar la decisión de volver a España, fue su familia y el buen clima de España 'echaba de menos a mi madre y mi hermano menor y también tener la posibilidad de dar un paseo en invierno, por ejemplo, a las seis de la tarde y que todavía hubiera luz solar'.