Ha vendido más de 200.000 en horeca

Koroko, la primera startup de huevos frescos con sabor a trufa y queso azul

Un nuevo concepto de huevos frescos, ideado por Cayetano Belso, que tienen la misma utilidad que los actuales, pero con la diferencia de que éstos hacen que el plato tenga un sabor particular.

Koroko
Koroko, la primera startup de huevos frescos con sabor a trufa y queso azul

Trufa, jamón, ajo y queso azul son los sabores de los huevos camperos de Koroko: un invento de Cayetano Belso, inspirado en el proceso tradicional de aromatizar el huevo de gallina con trufa. “Somos el primer proyecto del mundo que se ha propuesto innovar en este mercado maduro, reinventando un superalimento que ha dado lugar a una nueva categoría en el lineal de huevos”, afirma el fundador.

Cayetano Belso se crió rodeado de autónomos, ya que su abuelo tenía un negocio textil en el que ayudó desde pequeño. Posteriormente, entró EDEM Escuela de Empresarios donde se graduó en ADE para emprendores y coincidió con Juan Roig, dueño de Mercadona. Es decir Cayetano Belso tenía el perfil perfecto para triunfar y lo ha hecho: ya ha vendido más de 200.000 huevos en horeca y se pueden adquirir en todos los supermercados de España de El corte inglés e Hipercor a 1,65 euros el par.

El proyecto surge como trabajo final de grado de Cayetano Belso fundador de Koroko. En concreto, cuando buscaba la manera de poder vender los huevos trufados de su madre. El proceso era muy sencillo, ella metía los huevos en tarros herméticos con la trufa negra y, gracias a la porosidad de la cáscara, conseguía que impregnaran de sabor al huevo. Posteriormente, cuando se usaban esos huevos para cocinar, éstos tenían el sabor característico de la trufa. Entonces fue cuando pensó en cómo podía mejorar este sistema productivo para hacerlo más eficiente y llevar el producto a todo el mundo, además de ampliarlo a más sabores. “Hicimos un exhaustivo estudio de cuales eran los sabores más consumidos en España para adaptar nuestros productos. Es por ello que escogimos los que la gente más demandaba”, declara.

La clave del éxito está en rodearse de expertos

Tras su paso por Lanzadera -la aceleradora e incubadora de startups impulsada por Juan Roig- decidió poner en marcha el proyecto. “Cuando empecé con las primeras pruebas en 2016 constituí la sociedad con los 3.000 euros mínimos que se necesitan y desde ahí fuimos creciendo poco a poco con lo que generábamos. Más tarde si que necesitamos más inversión para crecer, en este punto nos ayudó mucho el hub de innovación alimentaria Km Zero quien nos apoyo financieramente y aportándonos estructura”, explica. De esta forma, esta iniciativa forma parte de KM ZERO, un hub de innovación abierta que se dedica a generar productos y soluciones para los ecosistemas de alimentación con el objetivo de impulsar su consolidación.

Cayetano Belso asegura que siempre ha tenido a su alrededor gente que le ha ayudado, aconsejado y dirigido. “Recién salido de la universidad vas con muchas ganas pero te falta experiencia que tuve que captarla de gente que sabía mucho más que yo”, apunta.

Desde que empezó, ha vendido a todo tipo de clientes: restaurantes, distribuidores, supermercados…  “Empezamos vendiendo mucho en el canal horeca sobretodo a restaurantes, hoteles y distribuidores y desde hace un año hemos empezado a vender a grandes supermercados”, afirma. Y es que el negocio esta creciendo progresivamente: “por ejemplo, desde finales de 2019 iniciamos nuestra venta en la gran distribución a nivel nacional en todos los supermercados de El Corte Inglés e Hipercor en más de 110 centros”, apunta.

Innovación y sostenibilidad

Otro de los atributos de este proyecto emprendedor es la preocupación por el cuidado del entorno, que se refleja en que el proceso de cultivo es limpio, así como en que todos los envases de cartón cuentan con el certificado del Consejo de Administración Forestal (FSC). Esta certificación acredita que la pulpa del cartón procede de bosques controlados para la protección del hábitat de la vida salvaje, la conservación de la biodiversidad y otros criterios de sostenibilidad forestal. “Desde el primer momento solo hemos querido ofrecer huevos de gallinas camperas además de que el envase solo queremos que sea de cartón. Creemos que una empresa de este siglo debe intentar aportar su granito de arena para mejorarlo”, cuenta.

Confiesa que entre los principales problemas que ha podido encontrar ha sido la desinformación: “se trata de un producto tan innovador que la gente tiene que entender como es la forma tan sencilla de producirlos para quedarse tranquila”.

Sin embargo, esto no le para los pies, ya que  de cara al futuro, le gustaría ampliar la gama de sabores. “Con el fin de poder darles a nuestros clientes nuevas formas de consumir los huevos de Koroko, llevamos muchos meses investigando nuevos sabores como, por ejemplo, una gama de sabores dulces para repostería como el chocolate, la galleta maría o el plátano. Esto podría dar lugar, por ejemplo, a un bizcocho que sepa a chocolate sin las calorías del chocolate. La idea es poder ayudar a nuestros clientes a ver las infinitas posibilidades que tienen los huevos para cocinar y darle un valor añadido al utilizarlos en sus recetas”, afirma.