Casos concretos de autónomos que están pagando cuatro veces más en su recibo de la luz

Desde el pasado junio, los autónomos sufren un incremento insoportable en su factura eléctrica, pese a que haya voces oficiales que intentan poner paños calientes en el problema. Esta situación es tan grave que ya se han dado casos en los que pagar la factura de la luz se ha convertido en un gasto imposible de asumir para muchos autónomos y pequeños negocios. Algunos se plantean subir los precios de sus productos o cerrar el negocio únicamente por el encarecimiento del precio de la energía que necesitan para mantener activas sus actividades. Este es el caso de una pequeña panadería situada en el barrio de Versalles en Avilés, que ha pasado de pagar una factura de la luz de 380,75 euros en diciembre de 2020, a abonar 1.443,28 euros en diciembre de 2021. En tan sólo un año sus gastos en luz se han casi cuadruplicado.

“Pasa un mes y otro... y no levantamos cabeza. La recaudación de la panadería no nos da para pagar el último recibo de la luz. Estamos utilizando los ahorros de toda una vida para asumir este coste” dijo Leonor García que regenta, junto a su marido, este pequeño negocio desde hace más de 22 años. García se lamenta de que, desde mediados del pasado verano, veían cómo se iba agrandando el agujero económico que estaba  generando la necesidad de tener los hornos encendidos para calentar el pan..

“Hemos ido tenido facturas de entre 500 y 800 euros. E, incluso, una vez tuvimos una de 1.200 euros. Pero esta de 1.443,28 euros es la más alta que hemos recibido hasta ahora” dijo García. Lo que más entristece a estos autónomos es que este encarecimiento del las facturas de la luz se produce justo en el momento en el que menos trabajo tienen. Tras la pandemia, han pasado de trabajar con 44 bares a dar servicio sólo a diez.

Los ingresos que obtienen provienen principalmente de la ventas de bollos de desayuno por la mañana y de las barras de pan. “Los clientes que tenemos cada vez vienen con menos frecuencia a comprar pan y los bares nos encargan menos hogazas cada día porque tienen menos gente” dijo la autónoma. Leonor aseguró que “a este ritmo, el negocio no nos va a dar para traer dinero a casa”.

La factura de la luz les obliga a despedir a un empleado contratado desde hace 20 años

El fuerte incremento de la factura de la luz de los últimos meses, y en especial el de diciembre, ha hecho que este matrimonio haya tenido que despedir a una persona que tenían contratada desde hace 20 años. “Mi marido es el que se hace cargo de elaborar el pan por las noches y teníamos una trabajadora para que despachara el pan en la tienda. Ahora hemos tenido que prescindir de ella. Ha sido muy difícil tomar la decisión, pero es que no podemos aguantar más. Incluso ella lo presentía, al ver el poco pan que vendíamos y los gastos que estábamos teniendo” comentó García.

Leonor García, con 56 años y tras haber dedicado toda su vida a sus dos hijos, se ha hecho autónoma colaboradora. Ella será, dentro de unos días, la persona que estará tras el mostrador de la panadería, en un último intento de remontar el negocio familiar que con tanta ilusión montaron ella y su marido hace 22 años.

La factura de la luz y otros gastos

Aparte de la subida de la luz, esta pequeña panadería ha tenido que hacer frente a otras subidas de costes que van desde el incremento en la cuota a la Seguridad Social, hasta las subidas de materias primas. “Casi todas nuestras materias primas han subido. La harina cada vez que se la encargamos al proveedor es más cara. Lleva ya cinco pedido seguidos de subida” se lamentó.

Lo mismo les ocurre con las bolsas de plástico que utilizan para proteger el pan del exterior. “Las compraba a una empresa de aquí de la zona y me costaban 4,99 euros las 200 bolsas. Pero el último encargo que fui a hacer, me dijeron que su proveedor les había subido los precios y que ahora el coste de 200 bolsas es de 17,99 euros. Les dije que me iba a buscar a otra empresa” comentó García.

Por esta misma razón, García no se atreven a subir los precios a sus barras de pan, de sus bollos y de sus napolitanas, porque temen perder a los clientes que les quedan. “Trabajamos con miedo porque no sabemos cómo actuar. Estamos realmente desesperados” confesó.

Esta situación es similar a la de otros miles de negocios

La situación de esta pequeña panadería no es aislada, sino que su caso se repite en innumerables negocios y múltiples sectores. Así lo confirma el director general de GESE, una compañía especializada en la gestión energética de negocios, Diego Mateos. “Los negocios están atravesando una situación límite. En los últimos meses nos han llegado muchos autónomos, muy agobiados para ver cómo pueden protegerse de la subida”.

Según la sensación que tiene este experto, “la mayoría de la población está esperando a que la situación se calme. Creen que es algo temporal y que se solucionará. Por eso, la mayoría de los autónomos aguantan. La cuestión es que durarán más o menos en el mercado en función de su tesorería”. A su modo de ver la situación está tan “enquistada” que los negocios sólo tienen dos formas de actuar ante la subida de la luz: o subir precios o cerrar.

“Al final, el incremento del coste de la luz que están sufriendo los negocios que hacen un consumo intensivo de la luz es equivalente al coste de un empleado. En hostelería, un restaurante venía pagar un precio de la luz de 0,13 euros kilovatio, ahora los paga a 0,28 euros. Esto se traduce en que, si la factura antes era de entre 800 o 900 euros. Ahora ronda los 2.000 euros mensuales” advirtió el experto. Justo lo que cuesta el salario de un trabajador con sus cotizaciones sociales, por lo que puede haber muchos despidos

¿Por qué las facturas de la luz son tan altas?

El director general de GESE, Diego Mateos explicó que, aunque desde verano tanto familias como negocios han ido observando un incremento en sus facturas de la luz, el “sopapo gordo” no ha venido realmente hasta que la suministradora ha podido regular nuevamente el contrato. “Generalmente los negocios pueden tener contratado un precio fijo que dure durante todo un año. Por eso, aunque el precio de la energía se disparó a mediados de año, muchos no lo notaron. Y ahora, entre diciembre y los próximos meses que es cuando se irán renovando los nuevos contratos, será cuando el recibo de la luz se vea duplicado o triplicado” detalló el experto.

Se trata de una incidencia que impacta de manera muy diferente en función del sector en el que se desempeñe la actividad. “No hace el mismo consumo eléctrico una correduría de seguros, que un restaurante o una peluquería, que tienen un gasto muy fuerte. A estos la subida les va a supone lo mismo que les costaría contratar una persona” expresó Mateos. Que avisó que el problema no es sólo la luz, sino también el gas, cuyo precio se ha triplicado y cuadruplicado.