Las pymes son las que mejor pagan

La morosidad que sufren los pequeños negocios no dejó de crecer desde 2017 y los 81 días de media

El Período Medio de Pago a las microempresas se sitúa en este segundo trimestre en 81 días de media. También el Índice de Morosidad en las Facturas de Ventas a Plazo se eleva al 59,6%. En conjunto, en la actualidad, la deuda comercial de los pequeños negocios es de 110.000 euros.

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La morosidad que sufren los pequeños negocios supone un gran problema en su liquidez.
La morosidad que sufren los pequeños negocios no dejó de crecer desde 2017 y los 81 días de media

La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) acaba de publicar el Informe sobre la Morosidad del Segundo Trimestre de 2023, en el que expone que el Período Medio de Pago (PMP) en la pequeña empresa ha bajado algo hasta situarse en 79,4 días, pero en las pequeños negocios no ha parado de subir desde 2021 (en ascendencia desde 2017) hasta alcanzar los 81 días de retraso durante el primer semestre del año. Así mismo, los datos del Índice de Morosidad en las Facturas de Ventas a Plazo (IMFVP) reflejan, sobre un crecimiento del 29,9% interanual de impagos en las pequeñas empresas, que llega hasta el 59,6% en las microempresas. La suma de lo que se les adeuda a las pequeñas empresas y a los micronegocios alcanzó cerca de 110.000 millones de euros en junio.

Diego Barceló, responsable de Estudios de CEPYME y autor del Informe sobre la Morosidad del Segundo Trimestre de 2023, ha resumido en términos generales la situación de los pequeños negocios y de las microempresas ante la morosidad que sufren en estos momentos: “supone un gran problema para las empresas, sobre todo para las de menor tamaño. Las microempresas sufren una gran pérdida de liquidez en un contexto adverso como el actual, de encarecimiento del crédito, elevada inflación y aumento de costes fijos. Esa merma de la liquidez que padecen las microempresas lastra la inversión y compromete la viabilidad de las empresas de menor tamaño, muchas veces forzadas a soportar cobros tardíos, fuera del plazo legal (60 días), para poder mantener su cartera de clientes”.

Hay que recordar que la inflación implica una pérdida en el poder de compra de las facturas por cobrar de las empresas, la acumulada en 2023 es ya del 2,4%. Y cuando la inflación es mayor de lo normal, como, ha ocurrido en la primera mitad de este año, los tipos de interés aumentan, incrementando los costes de financiar la deuda comercial. En este entorno económico, la morosidad (deuda comercial entre empresas que no ha sido pagada 60 días después del plazo acordado) multiplica su coste para las empresas, porque al cobrar sus facturas tienen menor poder de compra y tienen que realizar un esfuerzo mayor para financiar la deuda comercial.

El periodo medio de pago en la microempresa es de 81 días, 21 más de lo que marca la ley

El Período Medio de Pago (PMP) en la pequeña empresa ha bajado algo hasta situarse en 79,4 días, pero en las microempresas no ha dejado de crecer desde 2021. Así, comparativamente con el primer semestre de años pasados: en 2021 fue de 75,8; en 2022, de 77,0; y en el primer semestre año, de 81,0. La trayectoria de este índice no deja de crecer desde 2017, según los datos que aporta CEPYME.

En términos generales, las empresas pequeñas y medianas continúan con una tendencia descendente del PMP. Comparando el PMP del segundo trimestre de 2023 con el del mismo período de 2019, se observa que -en esos cuatro años- el PMP de las pequeñas empresas disminuyó en 3,5 días y el de las medianas lo hizo en 3,7 jornadas. Esto contrasta con el caso de los pequeños negocios, para los que el PMP se ha incrementado en siete de los últimos ocho trimestres. En comparación con el del segundo trimestre de 2019, el PMP de las microempresas es 4,6 días más elevado.

Así lo ha explicado Diego Barceló: “las microempresas padecen la morosidad de forma ascendente en los últimos dos años, aunque el Periodo Medio de Pago (PMP) que soportan (81 días) no difiera sensiblemente de los registrados en pequeñas (79,4 días) y medianas empresas (83,9 días). La demora en el cobro de facturas daña a las microempresas haciendo aumentar su deuda comercial y el coste financiero de ella derivado. Ese aumento de la deuda comercial, unido al encarecimiento del crédito, hace que las microempresas sean las que sufren un mayor aumento del esfuerzo financiero asociado a su deuda comercial: del 124% en los últimos doce meses, frente al 90% en las pequeñas y al 107% en las medianas”.

Por el contrario, los pequeños negocios son los mejores pagadores. En el segundo trimestre de 2023, las empresas grandes pagaron puntualmente el 14,2% de las facturas que recibieron. Esa proporción fue del 46% en el caso de las pequeñas empresas y del 49% en las microempresas.

La morosidad aumenta en las ventas a plazos

El Índice de Morosidad en las Facturas de Ventas a Plazo (IMFVP) aumentó en todos los tamaños de empresa por segundo trimestre consecutivo, sobre todo en las grandes. En referencia a las pymes, el mayor incremento correspondió a las medianas, donde fue de 74% interanual; en las pequeñas alcanzó un 29,9% y en las microempresas, un 59,6% interanual.

Las microempresas son las que sufren la mayor morosidad, añadió Diego Barceló: “tomando como base 100 la tasa de morosidad media de España en las ventas a plazo, las microempresas anotan un índice de 144,8 frente a 95,8 en las pequeñas; 82,1 en las medianas; y 99,4 en las grandes empresas.”

El coste financiero de la morosidad en pequeños negocios

El importe total de la deuda comercial, por la citada demora en el cobro de facturas, está creciendo, pero en mayor medida en las empresas medianas que en las pequeñas y microempresas. En conjunto, la suma de la deuda comercial de las pequeñas empresas y de las microempresas era de alrededor de 110.000 millones de euros en junio, tras un incremento interanual de 5,5% que ha sido el menor desde septiembre de 2021.

CEPYME resalta la comparativa de la evolución de la deuda comercial de las micro y pequeñas empresas, con relación a sus ventas. Desde el primer trimestre del año 2021 se produjo una caída de 12 puntos porcentuales que pasó de un 64,3% hasta un 52,1%. A partir de ahí, la inflación en España comenzó a aumentar y pasó de un 2,5% a un 10,7% en el tercer trimestre de 2022 (datos en promedios trimestrales).

Las micro y pequeñas empresas reaccionaron restringiendo la financiación a sus clientes por múltiples motivos: para defender el valor real de sus ventas, por estrecho margen de beneficios y como consecuencia del paulatino endurecimiento de los créditos bancarios. Todo ello les hizo sufrir una pérdida de negocio, que se suma a los demás efectos negativos de la inflación que refleja que las pequeñas empresas (propietarios, empleados y proveedores) son tan víctimas de la inflación como los consumidores.

Pero, a pesar de las medidas que tomaron, el incremento de los tipos de interés está siendo tan veloz que derrota a las tácticas defensivas de los pequeños negocios; de ahí que el esfuerzo financiero vinculado con la deuda comercial se haya disparado, duplicándose este trimestre con relación al segundo de 2022 y llegando a casi 2.400 millones de euros anuales para el conjunto de todos los tamaños de pymes. Es el dato más elevado desde septiembre de 2009.