De estas entidades puede depender la salud, la vida y el futuro de un trabajador por cuenta propia

Muchos autónomos no saben cómo trabajan las mutuas y su papel en la gestión de sus prestaciones

A pesar de que gestionan casi la totalidad de sus prestaciones, muchos autónomos todavía no conocen el trabajo que realizan las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social. Quizá por su labor callada, los trabajadores por cuenta propia ignoran que las mutuas son para un autónomo tanto o más importantes que su asesor y que de ellas puede depender su vida.

Muchos autónomos no saben cómo trabajan las mutuas y su papel en la gestión de sus prestaciones.
Muchos autónomos no saben cómo trabajan las mutuas y su papel en la gestión de sus prestaciones.
Muchos autónomos no saben cómo trabajan las mutuas y su papel en la gestión de sus prestaciones
  1. Los autónomos están obligados a elegir una mutua que gestione todas sus contingencias y prestaciones
  2. Todas las prestaciones de la Seguridad Social que gestionan las mutuas
  3. Las mutuas ahorran cada año más de 4.600 millones a la Seguridad Social y 2.600 millones para los negocios

Desde el año 1900, las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social han venido jugando un papel imprescindible en la vida de los autónomos y empresarios. Sin embargo, muchos trabajadores por cuenta propia no conocen la importancia que tienen para ellos las 18 entidades que gestionan, entre otras funciones, las prestaciones más importantes a las que tienen derecho.

Desde una simple baja hasta la hospitalización debido a un accidente grave sufrido en el desempeño de su actividad, pasando por una situación de maternidad, las cuantías que perciben la viuda o los hijos en caso de fallecimiento, hasta la prestación que ayude al autónomo a sobrevivir cuando las circunstancias obligan a cerrar el negocio.  Eso sin contar los 2.600 millones de euros que las mutuas ayudan a ahorrar cada año a los negocios

Con una labor que pocos conocen, las mutuas están imbricadas íntimamente en la vida y en la supervivencia de los autónomos. Desde su creación en 1900, los servicios que las mutuas prestan a los autónomos han ido evolucionando cuando cubrían los accidentes de los trabajadores  hasta ahora que abarcan la protección casi todas las contingencias de los autónomos y también de sus asalariados, incluso, “reduciendo el absentismo laboral injustificado y, por tanto, contribuyendo a mejorar la competitividad de los negocios”, valoraron desde la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT).

En 1967, las mutuas iniciaron su colaboración con la Seguridad Social, y comenzaron a gestionar las contingencias profesionales de los autónomos. Como curiosidad, en aquella época, los asociados a una mutua podían llegar a recibir el reembolso anual del 20% de los excedentes resultantes por su gestión.

En los últimos 123 años, las mutuas han sido testigo de guerras, gobiernos de todo tipo, crisis económicas y pandemias, y nunca han dejado de abonar sus prestaciones.

Según destacaron desde AMAT, las 18 mutuas colaboradoras con la Seguridad Social “aplican, en la actualidad, un modelo de gestión basado en ofrecer la máxima calidad de los servicios ofertados, asegurando la eficiencia en la administración de recursos y orientándose a la satisfacción de las empresas asociadas, los trabajadores protegidos y los autónomos adheridos.”

Los autónomos están obligados a elegir una mutua que gestione todas sus contingencias y prestaciones

Desde el año 2019, todos los trabajadores por cuenta propia, al darse de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), están obligados a elegir una mutua que le cubra los riesgos en el desempeño de su actividad, es decir, sus contingencias, tanto comunes como profesionales, así como el cese de actividad. Para ello, deben formalizar su elección a través de un documento de adhesión, que se renueva automáticamente cada año si no se notifica lo contrario.

Así, es habitual que un autónomo permanezca adherido a la misma mutua durante toda su carrera profesional, e incluso se da el caso, de que muchos que no han sufrido ninguna baja ni pedido el cese de actividad, les cueste recordar a qué mutua pertenecen. Sin embargo, en el caso de que el autónomo sufra alguna contingencia, su mutua será la encargada de gestionar y pagar las prestaciones a las que tiene derecho además de otros servicios personales.

Prueba de la importancia del papel que cumplen las mutuas en la vida de los autónomos y sus negocios es la gestión de las ayudas que muchos trabajadores por cuenta propia recibieron durante la pandemia. Misión que fue encargada por la Seguridad Social a estas entidades. En total, desde el comienzo de la pandemia las mutuas han gestionado prestaciones extraordinarias por cese de actividad por un valor aproximado de 8.000 millones de euros.

Además, en su tarea de gestionar las bajas por incapacidad temporal que puedan experimentar los asalariados de un negocio, las mutuas en este momento protegen a 14,83 millones de trabajadores en contingencia común. Este número se eleva hasta los 18,38 millones de trabajadores en el caso de las contingencias profesionales, el 97,22% del total del sistema, según cifraron desde AMAT.

Todas las prestaciones de la Seguridad Social que gestionan las mutuas

Incapacidad temporal por accidentes de trabajo o enfermedades profesionales

En primer lugar, las mutuas son las entidades encargadas de gestionar las prestaciones de la Seguridad Social por incapacidad temporal (IT) derivadas de accidentes de trabajo o enfermedades profesionales, entendidas como “toda lesión corporal que el trabajador -por cuenta ajena o propia- sufre con ocasión o por consecuencia del trabajo, quedando encuadrado tanto el accidente en jornada, el accidente in misión y el accidente in itinere”, explicaron desde AMAT.

En este sentido, las mutuas prestan la asistencia sanitaria en sus hospitales y centros ambulatorios, tanto a las personas trabajadoras por cuenta ajena de la empresa asociada a la Mutua, como a los autónomos que se encuentren adheridos a la Mutua.

Asimismo, las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social son las encargadas de abonar al asalariado o al autónomo el 75% de la base reguladora correspondiente a la prestación económica derivada de este proceso de IT, a partir del día siguiente al que se produjo la baja médica, “correspondiéndole a la empresa aportar el 25% adicional en aquellos casos en los que, por convenio colectivo, se ha acordado mejorar la prestación económica de Incapacidad Temporal hasta el 100% de la base reguladora”, aclararon.

Incapacidad temporal por contingencia común

De igual forma, las mutuas gestionan las prestaciones por incapacidad temporal derivada contingencia común. Es decir, cuando un autónomo o asalariado no puede desarrollar su trabajo por una enfermedad o lesión producida fuera de sus puestos.

En estos casos, son los Servicios Públicos de Salud de las Comunidades Autónomas los competentes en otorgar la debida asistencia sanitaria a los trabajadores y pacientes atendidos por este tipo de Contingencias, aunque los profesionales sanitarios de las mutuas llevan a cabo un seguimiento médico de la patología causante de dicha baja laboral.

En el caso de que la baja por contingencias comunes se produzca por parte de un asalariado, las mutuas colaboradoras se encargan de abonar las prestaciones correspondientes -el 60% de su base reguladora entre el día 16 y 20, y el 75% a partir del día 21-, así como en el caso de los autónomos, a los que se abona el 75% de sus bases reguladoras desde el cuarto día de baja laboral.

  • Incapacidad temporal superior a 60 días

Además, en los casos en los que un autónomo sufra una baja por incapacidad temporal, las mutuas se hacen cargo del abono de las cuotas a la Seguridad Social “por todas las contingencias” a partir de los 60 días, independientemente de que el trabajador autónomo tenga cobertura por cese de actividad.

Prestaciones Especiales por Accidente de Trabajo

Consisten en ayudas complementarias a las incluidas en la acción protectora de la Seguridad Social, destinadas a financiar necesidades sobrevenidas a los trabajadores que determinen una especial situación de necesidad, como consecuencia de un accidente laboral.

Según explicaron desde AMAT, “en gran medida estas ayudas consisten en adaptaciones o eliminación de barreras en la vivienda, adaptación de vehículos, prótesis y ayudas técnicas, entre otras.”

Incapacidad permanente por contingencias profesionales

En los casos en los que, después de haber estado sometido al tratamiento prescrito en un primer momento por la mutua y de haber sido dado de alta, el trabajador en incapacidad temporal “presente reducciones anatómicas o funcionales graves”, las mutuas también se encargan de gestionar sus prestaciones por incapacidad permanente.

En estos casos, la mutua iniciará las actuaciones ante el Instituto Nacional de Seguridad Social, a fin de determinar la prestación económica que deberá recibir el trabajador. Asimismo, la mutua es quien “debe asumir el coste de las prestaciones de pago único derivadas de Accidente de Trabajo y Enfermedad Profesional mediante el abono directo al beneficiario”, explicaron.

Prestaciones por muerte y supervivencia

En caso de que el fallecimiento de un autónomo -o de un asalariado- se produzca a causa de un accidente de trabajo o enfermedad profesional, las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social también asumen el coste de las prestaciones de pago único en los siguientes casos:

  • Pensión de viudedad
  • Pensión de orfandad
  • Pensión en favor de familiares
  • Subsidio en favor de familiares
  • Auxilio por defunción

El cese de actividad de los autónomos

En el caso concreto de los trabajadores autónomos, las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social tienen la misión de gestionar y pagar sus prestaciones ante una situación de cese total o parcial de la actividad, tanto si son de carácter definitivo o temporal.

“Con carácter general, la cuantía de la prestación se corresponde con el 70% del promedio de las bases por las que el trabajador hubiera cotizado durante los 12 meses anteriores a la situación legal de cese de actividad, pudiendo variar si el trabajador autónomo tiene hijos, o no, a su cargo”, explicaron desde AMAT.

Además, el periodo de protección, dependiendo del tiempo de cotización del autónomo, será desde cuatro meses -para un periodo de 12 a 17 meses cotizados- hasta 24 meses para aquellos trabajadores por cuenta propia que tengan 48 meses o más cotizados.

Riesgo durante el embarazo, lactancia natural y cuidado de menores enfermos

En paralelo, las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social abonan la prestación de las autónomas por riesgo durante el embarazo y lactancia natural -que asciende al 100% de su base reguladora-, así como la prestación por cuidado de menores afectados por cáncer u otra enfermedad grave.

Las mutuas ahorran cada año más de 4.600 millones a la Seguridad Social y 2.600 millones para los negocios

Así, las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social actúan en los procesos de baja de todos los autónomos y de sus asalariados, sin olvidar su labor en los controles médicos y en las propuestas de alta en numerosos casos.

Este trabajo, según los datos recogidos por AMAT, habría ahorrado a la Tesorería más de 4.261 millones de euros y a los negocios más de 2.608 millones sólo durante 2022. En total, 7.230 millones de euros anuales durante el año pasado.

Además, a estas cantidades habría que añadir un acumulado en los Fondos de Seguridad Social, con origen en los excedentes de las mutuas, de 10.647 millones de euros en el Fondo de Contingencias Profesionales, y de 2.629 millones de euros en el Fondo de Reserva, “que han sido destinado principalmente para ayudar al pago de las pensiones de jubilación”, concluyeron desde la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT).