El absentismo laboral marca nuevos récords en los negocios: los laboralistas explican cómo actuar

El absentismo laboral se ha convertido en un verdadero problema para los autónomos con asalariados, especialmente para los negocios más pequeños. Prueba de ello son los últimos datos publicados en un reciente informe elaborado por Randstad Research, que indican que alrededor de 300.000 trabajadores al día no acuden a sus puestos, ni tampoco justifican su ausencia.

Se trata de la cifra más elevada desde que la firma de recursos humanos realiza este informe, y supone un incremento del 21% en sólo cuatro años. “Al contrario de lo que se puede pensar, en periodos de crisis económicas -como ocurrió en la pandemia- el absentismo se reduce y el periodo de bajas también es menor”, explicó Valentín Bote, director de Randstad Research.

Este estudio coincide con otros publicados en las últimas semanas, como el de Adecco, que mostró cómo la tasa de absentismo laboral -justificada o sin justificar- creció dos décimas durante el segundo trimestre de este año, hasta alcanzar el 6,7%. O, lo que es lo mismo, 1,1 millones de asalariados no acuden a su puesto de trabajo cada día por diferentes motivos.

Los abogados laboralistas consultados por este diario reconocieron el crecimiento del absentismo en los negocios y recordaron las fases que debe seguir un autónomo cuando un asalariado falta a su puesto de trabajo de forma reiterada sin aportar justificación. Según afirmaron, estas ausencias siempre son motivo suficiente para descontar de la nómina los días de incomparecencia, pero no para despedirle de forma procedente.

Los abogados laboralistas explican cómo deben proceder los autónomos si sus asalariados faltan al trabajo sin justificación

Cuando un asalariado falta sin justificación a su puesto de trabajo, los autónomos a su cargo y los negocios pueden sufrir importantes consecuencias, además de la evidente pérdida de productividad, ya que se trata de horas de trabajo que terminan quedando vacías. Sobre todo, en el caso de los pequeños comercios o establecimientos de hostelería, que podrían quedar, incluso, sin dar servicio a sus clientes por una ausencia inesperada.

Ante esta situación, ¿cómo deberían actuar los autónomos y negocios? “El protocolo y mi consejo siempre es que, en primer lugar, se requiera formalmente -mediante, por ejemplo, un burofax, al trabajador y se le pregunte el motivo por el que no ha acudido a trabajar”, explicó a este medio Jaume Barcons, abogado laboralista de la gestoría Barcons.

A partir de aquí, el autónomo deberá valorar, “a partir de la respuesta, si realmente procede un despido o una sanción, como una suspensión de empleo y sueldo durante un determinado periodo de tiempo si se trata de una falta grave”, explicó el abogado laboralista. También recomendó “revisar cada convenio colectivo para ver cómo se tratan estas ausencias en cada caso, y con cuantos días de falta se puede considerar el despido.”

En cualquier caso, la incomparecencia de un empleado a su puesto de trabajo sin justificar siempre es motivo suficiente para “descontar en la nómina los días de ausencia”, valoró Jaume Barcons.

A pesar de que existen algunas sentencias que se abren a esta posibilidad, el abogado laboralista recomendó a los autónomos y negocios “no tomar una incomparecencia como una renuncia al puesto de trabajo y despedir al asalariado directamente, porque se corre el riesgo de encontrarte sorpresas, como que se encontraba en urgencias”, valoró.

Entonces, ¿cuándo puede un autónomo despedir a un asalariado por una ausencia sin justificar? “Si el negocio avisa una vez al asalariado y, al cabo de poco tiempo, vuelve a suceder, se puede considerar una baja muy grave y, por tanto, motivo de despido”, afirmó Jaume Barcons. Esta cuestión queda recogida en el artículo 45 del Estatuto de los Trabajadores, en el que se establece como incumplimiento grave la inasistencia injustificada al trabajo. Aunque no existe un número concreto establecido en la legislación, algunos tribunales han considerado que tres faltas al trabajo sin justificar son motivo suficiente para despedir al asalariado.

Además, el artículo 60.2 del Estatuto de los Trabajadores considera que las faltas leves prescriben a los diez días; las graves, a los veinte; y, por último, las muy graves -como la ausencia reiterada sin justificar- prescribe a los 60 días, por lo que el negocio debería notificárselo al asalariado en este periodo de tiempo.

No obstante, “no hay una regla única. Por ejemplo, hay una sentencia que dio la razón a un asalariado que llegaba siempre tarde 10 minutos, y por este motivo fue despedido. Sin embargo, recurrió demostrando que el negocio no le había amonestado nunca, y el despido terminó siendo considerado improcedente”, explicó Jaume Barcons.

Las ausencias justificadas también suponen un coste adicional para los autónomos y negocios

Por otro lado, las ausencias justificadas, como las bajas por incapacidad temporal, los permisos por maternidad o paternidad o, incluso, “acudir al médico, aunque éste no conceda la baja”, también suponen un coste adicional para los negocios. Por norma general, durante los primeros días, cuando deben seguir haciéndose cargo de las cotizaciones a la Seguridad Social de los asalariados.

Según relató Jaume Barcons a este medio, “se nota un aumento del absentismo, también el justificado, sobre todo por el incremento de las bajas concedidas a los trabajadores por ansiedad o depresión. Actualmente, hay un crecimiento de bajas por este motivo.”

Por norma general, “la empresa se descuenta el coste de cotización, recuperándose todo por parte de los seguros sociales a partir del día 16 de baja de un trabajador. Sin embargo, entre el cuarto y el día 15, no se le rebaja nada: le cuesta el 60% de la cotización y del salario, excepto en los casos en los que el convenio colectivo de la actividad exija una compensación, incluso, mayor.

Los negocios del País Vasco y Canarias son los que más sufren el absentismo laboral

Según el último informe de Randstad sobre absentismo laboral, con datos correspondientes al segundo trimestre de 2023, el País Vasco, con un 8,6% de absentismo laboral -justificado y no-, Canarias y Cantabria son las comunidades autónomas donde hay más negocios que sufren la ausencia de sus asalariados en sus puestos. Además, del total de trabajadores por cuenta ajena que no acuden a sus puestos de trabajo, alrededor de uno de cada cuatro, el 23%, “no sufre ninguna incapacidad temporal como una enfermedad”, explicó Valentín Bote.

Por sectores, también hay algunos donde existe una mayor prevalencia al absentismo, ya sea o no justificado. Así, los negocios dedicados a los juegos de azar y apuestas mostraron una proporción de ausencias del 10,5% de las horas pactadas entre sus asalariados; seguidos de los servicios a edificios y jardinería, con un 10,1%; las actividades postales y de correos, con la misma cifra; y la asistencia en establecimientos residenciales.

En el lado opuesto, los asalariados de las actividades que acostumbran a abonar salarios más altos, como los servicios financieros y seguros, las actividades inmobiliarias y los servicios técnicos de arquitectura e ingeniería fueron los menor índice de absentismo presentaron, según el informe de Randstad.

En un término medio se encontrarían actividades como el comercio, la hostelería o la construcción, sectores con un gran número de pequeños negocios, que en muchos casos no están encontrando empleados para cubrir sus vacantes y que, por tanto, podrían sufrir las consecuencias del absentismo especialmente.