El Consejo de Economistas asegura que los autónomos son los grandes afectados por el alza del SMI
En un encuentro organizado por el Consejo General de Economistas (CGE), los expertos aseguraron que los autónomos y negocios con menos de cinco asalariados son los principales afectados de las últimas subidas del salario mínimo interprofesional (SMI).
El incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de los últimos años ha afectado especialmente a los autónomos con asalariados y a los negocios más pequeños. Así lo han afirmado los economistas, quienes reconocieron que el crecimiento del salario mínimo ha tenido menores efectos de lo esperado sobre el empleo.
Sin embargo, el incremento del SMI en los próximos años deberá moderarse para no “dificultar la creación de nuevos puestos de trabajo, algo que se debe vigilar especialmente en una economía como la española donde el desempleo es tan elevado”, expresó Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas (CGE), en un encuentro celebrado este lunes en el que también intervinieron Luis Zarapuz, coordinador del Gabinete Económico de Comisiones Obreras (CCOO); y Marcel Jansen, director de investigación laboral de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).
Para el investigador en Economía, el sistema que regula el salario mínimo en España es muy rígido, y podría abrirse a estudiar nuevas fórmulas para que el SMI dependiera, entre otras cuestiones, de la edad de los asalariados o de su situación geográfica, y no sólo en el objetivo de que alcance el 60% del salario medio.
Las últimas subidas del SMI han afectado más a los autónomos y pequeños negocios
Según explicó Marcel Jansen durante su intervención, valorar el efecto del crecimiento del SMI en el empleo es algo complicado por lo malos datos que hay en España. Sin embargo, la lectura general es que “ha habido un impacto importante en el salario, pero no tan grande en el empleo como se pronosticaba desde algunos organismos.”
Sin embargo, “hay personas que no han perdido el empleo, pero que ahora trabajan menos horas, por lo que el impacto se neutraliza. Donde había mucho trabajo a tiempo parcial, ha sido fácil hacer este tipo de ajustes”, expresó el director de investigación laboral de Fedea.
Además, el análisis de los economistas mostró cómo, aunque el impacto del incremento del salario mínimo sobre el empleo ha sido menor de lo esperado en un primer momento, los autónomos y negocios con menos de asalariados han sido los que más han sufrido sus consecuencias. “Es algo muy relevante en el caso de España, por la prevalencia de pequeñas empresas y sus dificultades para repercutir los aumentos de costes en sus precios de venta", explicó Marcel Jansen.
Por sectores, la Agricultura o la Hostelería han sido los que más afectados se han visto por las sucesivas subidas del salario mínimo. Sin embargo, el problema en estos sectores actualmente, según Luis Zarapuz, “es la falta de trabajadores por las condiciones que se están ofreciendo, por lo que el análisis es más complejo que hablar sólo del SMI”, expresó.
Los expertos proponen el estudio de un salario mínimo variable por territorios o colectivos
Sobre la evolución del Salario Mínimo Interprofesional en los próximos años, los sindicatos reiteraron sus intenciones de alcanzar el 60% del salario medio, una recomendación europea que, incluso, pidieron incluir en la legislación. “No veríamos mal que se reflejase por ley esta cifra del 60%. Que no hiciera falta una reunión anual para que demos nuestra opinión. Si el objetivo claro es el 60%, vinculémoslo por ley. Sería más cómodo”, expresó Luis Zarapuz.
Sin embargo, el director de investigación laboral de Fedea pidió un refuerzo de la negociación colectiva en los próximos años para fijar la evolución del salario mínimo. “Los trabajadores no están a la intemperie. Tenemos, además, un marco de convenios colectivos y de negociación muy buenos, que no existen en otros países. Si los salarios son bajos, hay un marco en el que los trabajadores ahora mismo pueden negociar con la patronal perfectamente”, valoró.
Además, Marcel Jansen abordó la necesidad de incorporar cambios en el sistema que rige el SMI para incluir complementos variables a un “salario suelo” en función, por ejemplo, de la localización geográfica de los negocios o de los grupos de edad de los asalariados. “Por ejemplo, en Alemania, los jóvenes no cualificados están exentos del SMI. Es un incentivo para la formación y, por tanto, para mejorar la productividad y otras variables que sirven para mejorar los salarios”, explicó.
“Si la utilidad del SMI es garantizar una vida digna, en Madrid y Barcelona es un indicador fallido. Debería estar fijado el suelo para todo el territorio, pero pensar en qué zona debe inferir más, y permitir que en otros territorios se puedan dar complementos. No entiendo por qué los sindicatos no se abren a este debate”, añadió el director de investigación laboral de Fedea.
Sindicatos y economistas coinciden en la necesidad de moderar el crecimiento del SMI
Para Luis Zarapuz, el incremento del SMI en la última legislatura “ha hecho en unos años lo que debería hacerse en décadas. Ahora, lo lógico sería una evolución más sostenida para que no se quede descolgado. Debe seguir una progresión conforme al crecimiento económico. El límite lo deberían marcar esas cifras, igual que con las pensiones mínimas, para garantizar el mantenimiento del poder adquisitivo”, expresó el coordinador del gabinete económico de Comisiones Obreras.
En el mismo sentido, Marcel Jansen llamó a la cautela en las próximas subidas. Para él, las propuestas de subida del SMI hasta los 1.500 euros o la reducción de la semana laboral son “poco realistas”, y consideró que debemos entrar en una política de normalidad, sin grandes saltos.
“Diría que la manera de avanzar es el diálogo social entre sindicatos, patronal y Ejecutivo, que se rompió por parte del Gobierno, y evaluar en cada caso el impacto. La comisión de expertos actual es papel mojado, porque sólo calculan el 60% del salario medio, y no el verdadero impacto o las posibles mejoras en el sistema de salario mínimo”, afirmó.
En cualquier caso, el director de investigación laboral de Fedea se mostró contrario a vincular por ley el SMI a la evolución del salario medio. “En recesiones, la destrucción de empleo se produce en sectores peor pagados, por lo que subiría el salario medio. En estas situaciones, ¿habría que subir el salario mínimo? Debería ser la evolución macroeconómica la que dicte cuál es la subida adecuada”, concluyó Marcel Jansen.