Agricultores y ganaderos culpan a las grandes distribuidoras del alza en los precios de los alimentos
La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) afirma que la nueva Ley de la Cadena Alimentaria está sirviendo para mejorar los precios que perciben por sus productos. Sin embargo, reconocen que esta mejora no compensa la subida de los costes de producción, sumada a las condiciones climáticas desfavorables, lo que está provocando que muchos autónomos no obtengan beneficio. Al margen de ello, han acusado a las grandes distribuidoras de inflar los precios y de provocar esta nueva escalada de la inflación, dado que esos incrementos no están revirtiendo en el campo.
Los trabajadores por cuenta propia del sector primario explicaron a este diario las causas de la subida de la inflación en su sector, que está siendo especialmente intensa en el caso de algunos productos que salen del campo español. Así, los precios de la alimentación crecieron un 16,6% interanual en febrero, con un alza más abultada en el caso de la leche entera (33,2%), el aceite de oliva (33,5%), los huevos (28%) y las legumbres y hortalizas, que aumentaron su precio un 23,6% con respecto a febrero del año pasado.
Este problema no ha mejorado durante marzo, tal y como demuestran los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Aunque para conocer el crecimiento de los precios de la alimentación durante este mes habrá que esperar a mitad de abril, la inflación general ralentizó su ritmo, hasta alcanzar el 3,3%. Sin embargo, la subyacente se mantuvo en máximos históricos, el 7,5%, sólo una décima por debajo del indicador de febrero.
Sin embargo, los autónomos agricultores y ganaderos insisten en que no están viendo repercutido estos datos en sus cuentas. En su opinión, el aumento de los márgenes se está produciendo en el resto de eslabones de la cadena alimentaria, como la gran distribución. “En el mejor de los casos, estamos cubriendo los costes de producción en estos momentos”, afirmó a este diario Lorenzo Ramos, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).
Los agricultores y ganaderos piden más transparencia para saber qué actores de la cadena se benefician de la inflación
En este contexto, los autónomos del sector primario reclamaron una mayor transparencia por parte de los diferentes eslabones que participan en la cadena alimentaria, con la intención de conocer qué actores están aprovechándose de la inflación aumentando sus márgenes de beneficio. “La cadena alimentaria ha sido, tradicionalmente, muy poco transparente, y por eso muchos estaban en contra de la entrada en vigor de la ley", valoró, en este sentido, Lorenzo Ramos.
Para UPA, las grandes distribuidoras son culpables de una parte importante de la inflación en la alimentación, aunque reconocen que la Ley de la Cadena Alimentaria ha servido para mejorar los precios que agricultores y ganaderos perciben por sus productos. Esta situación, afirman, “se está produciendo especialmente en determinados alimentos frescos, donde los autónomos y las cooperativas pagan incluso el transporte.”
“Las distribuidoras están subiendo los márgenes por encima del mercado. Hay sectores, como el de la fresa, donde el producto sale finalizado, las cooperativas pagan hasta el transporte, y el precio de venta al público es el doble de lo que se paga a los agricultores y ganaderos”, explicó a este diario el secretario general de UPA.
Aún falta mucha transparencia en la cadena de producción de los alimentos
En este sentido, la especial alza de los precios en determinados alimentos, como la leche o el aceite de oliva, tiene mucho que ver, según la organización representante de los pequeños agricultores y ganaderos, con que las grandes superficies los estaban utilizando como “productos reclamo para hacer sus ofertas. “Estaban vendiéndose muy baratos al consumidor, lo que provocaba una presión hacia abajo, y los agricultores y ganaderos estaban percibiendo precios muy bajos. Tras la entrada en vigor de la Ley de la Cadena Alimentaria, estos precios han subido”, valoró Lorenzo Ramos.
El secretario general de UPA puso como ejemplo a los ganaderos dedicados al sector lácteo, uno de los colectivos que más sufrieron la presión de los precios de producción. “Creemos que la gran diferencia se produce en esos sectores que estaban siendo utilizados por la distribución para hacer ofertas, como comprar un litro de leche a 70 céntimos. Si el ganadero tiene que percibir 45 céntimos sólo para cubrir sus costes de producción, no había margen para que las explotaciones pudieran subsistir”, explicó.
Ante esta situación, Lorenzo Ramos puso de manifiesto la necesidad de que el Observatorio de la Cadena Alimentaria celebre sus reuniones con periodicidad mensual o bimensual. “No puede estar un año y medio sin reunirse. Además, tiene que servir para favorecer la transparencia de la cadena alimentaria sobre los márgenes comerciales de cada eslabón. Por ejemplo, saber por cuántas manos pasan, los precios que se pagan en cada fase... Queremos que haya la máxima claridad, para que no vuelvan a ocurrir las situaciones que se han producido en el pasado.”
Las condiciones climáticas y el aumento de costes anulan los efectos de la Ley de la Cadena Alimentaria
Sin embargo, el aumento de los precios de venta que los autónomos del sector primario están percibiendo como consecuencia de la aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria no está sirviendo para que los agricultores y ganaderos comiencen a obtener beneficios. Tal y como explicó a este medio Lorenzo Ramos, “en el mejor de los casos, sólo estamos cubriendo los costes de producción.”
En ello tiene que ver, por un lado, el aumento de los precios que los autónomos del sector primario pagan por cualquiera de los insumos necesarios para su producción. Por ejemplo, los carburantes, fertilizantes o, en el caso de los ganaderos, los piensos. “Cualquiera de estos conceptos vale, como mínimo, el doble que hace un año y medio”, explicó el secretario general de UPA.
Por último, las condiciones climatológicas adversas, como las sequías o “las heladas que perjudicaron a la cosecha de frutas en Aragón y Cataluña”, están siendo otro causante de que la inflación sea especialmente acusada en el sector alimentario. Otro ejemplo es el caso del aceite de oliva, tal y como explicó Lorenzo Ramos, donde la cantidad de olivas recolectadas sólo servirá para cubrir los gastos de la campaña. “La cosecha ha sido la mitad de la que sería normal en un año malo”, concluyó.